Capítulo 49

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Estoy en el avión y menos mal que hay wifi, aunque no sé si estoy haciendo bien en leer todos los tabloides que se han publicado en estos días.

Probablemente no, pero no puedo evitarlo.

Hay demasiados.

Eve Kilian y Chris Farrow se sientan juntos en el primer desfile tras su encuentro. ¿Han vuelto a retomar su relación?

Eve Kilian y Chris Farrow comparten miradas cómplices y risas en el desfile de Kho'e. ¿Confirmación a la vista?

Chris Farrow y Eve Kilian pasan toda la semana de la moda sentados al lado, ¿es esta su forma de confirmar su relación?

Eve Kilian y Chris Farrow hablan alegremente tras el desfile.

Exclusiva: Fotos de Eve Kilian y Chris Farrow en la fiesta de cierra del desfile de Milanne.

Y así miles de titulares. Nos reímos porque el vestido de la modelo era horrible. Hablamos después del desfile porque comentamos nuestra opinión general acerca de todo lo que habíamos visto. Puede que no seamos amigos íntimos, pero una cordialidad debemos tenerla porque al final trabajamos en el mismo sector. Además de que se disculpó por su actitud y ha intentado seguir manteniendo contacto conmigo después de lo ocurrido y no soy rencorosa.

Cuando por fin aterrizamos, y me meto en el coche, en vez de ir a casa, pido ir a la de Roderick. No hace falta que dé explicaciones, total, mis guardaespaldas ya nos vieron y son ellos los que me llevan en coche. Lorena fue en otro coche ya que va a su casa a descansar durante unos días. Totalmente merecidos, yo también estoy agotada. En principio iba a ir a ver a mis padres directamente, pero no voy a negarlo, tengo más ganas de verlo a él.

A pesar de que mi mente racional me pide preguntarle si está en su casa, decido seguir mi impulsividad e ir directamente, como acto sorpresa. Llego y cojo la maleta de mano porque lo mismo me quedo allí el resto de la noche, es por la tarde, y la verdad es que no sería la primera vez. Las demás maletas se la llevarán ahora a casa de mis padres.

Estoy un poco nerviosa, por suerte la puerta del portal está abierta así que entro directamente en el edificio sin tener que llamar al telefonillo. Subo por el ascensor, me siento como un flan y eso que hemos estado hablando estos días. Pero lo he echado de menos.

Llamo a la puerta y Roderick abre con los ojos abiertos debido a la sorpresa, se queda quieto sin saber muy bien qué decir o qué hacer, lo que me pone aún más nerviosa porque ya no sé si he hecho algo mal en venir aquí sin más. Voy a preguntarle si me deja entrar, pero entonces escucho una voz.

— ¿Quién es? —Es Sabrina.

Roderick medio cierra la puerta para que su madre no se entere de lo que estoy aquí.

—Escóndete detrás de esa pared en lo que me deshago de ella. —Susurra.

No me da tiempo a hablar ni a decir nada porque se mete corriendo y cierra la puerta. Durante unos segundos me quedo quieta como en estado de pánico o shock, si fuera uno de mis hermanos podría entrar sin problemas porque me inventaría alguna excusa de que he venido a buscarlos, pero con nuestros padres no puedo, a ojos de todo el mundo nos seguimos odiando, o al menos cayéndonos mal.

Cuando por fin reacciono, cojo la maleta pequeña y me coloco detrás de la pared. Es una especie de hueco entre el vecino y el ascensor. Nunca he conocido a los vecinos de Roderick en todo el tiempo que llevo viniendo y espero de verdad que hoy no sea el día, porque dudo que un cotilleo tan jugoso no saliera a la luz.

El corazón me va a mil, casi más que cuando me desperté después de acostarnos en Halloween y mi hermano apareció de la nada. Madre mía, no ha pasado tanto tiempo, pero me da la sensación de que muchas cosas han cambiado.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora