Capítulo 57

55 3 0
                                    

Buscamos un sitio tranquilo en el que poder hablar porque mientras hablamos en la calle pudimos notar cómo la gente nos hacía fotos, y nos grababa. Nuestros guardaespaldas nos seguían, intentando que tuviéramos algo de intimidad y que la gente nos dejara tranquilos. Pero no parecía que fuera a ser posible.

No cuando tu hermano es uno de los deportistas más famosos del mundo.

Sí, yo también soy famosa, pero no puedo compararme con él. Estamos en ligas diferentes.

— ¿Y si nos metemos en el coche?

— ¿Has venido en coche?

— ¿Cómo crees que iba a venir directamente del avión?

—Pues yo que sé, ¿en taxi?

— ¿Tú sueles meterte en taxis?

Lo miré mal.

—Lo que te decía. Metámonos ahí.

Nos metimos en el coche y los guardaespaldas se quedaron fuera rodeándonos hasta que nosotros les avisáramos de que íbamos al piso de Elle.

—Bueno, gracias por dirigirme la palabra. —Dije molesta.

—No ha sido a propósito, Elle me ha hecho una encerrona.

—Entonces, ¿no pensabas hablarme en ningún momento?

Mi hermano se pasa la mano por la cara.

—Claro que sí que pensaba hablar contigo, pero dentro de un tiempo, cuando estuviera más calmado.

—Han pasado días y tampoco es para tanto. —Digo a la defensiva.

— ¿Qué no es para tanto? Te estabas acostando con mi mejor amigo. A escondidas.

—Como si tú no te acostaras con no sé cuántas a escondidas.

—No es lo mismo y lo sabes.

Tenía razón.

—Vale, no es lo mismo, pero tampoco es como si yo hubiese matado a alguien.

Suspira.

—Obvio que no, pero eso no quiere decir que no me haya dolido. Pensaba que teníamos confianza y nos contábamos las cosas y me he tenido que enterar así, públicamente.

—Entiendo eso. Lo que pasa es que no queríamos irlo contando, así como si nada cuando hay tantas personas implicadas: nuestros padres, nuestros hermanos... hay mucha familia.

—Ya, pero lleváis bastante como para no sé decirnos algo tipo "oye que estamos saliendo". Un aviso, porque hasta donde yo tenía entendido os llevabais bastante mal y de repente ¡pum! Estáis saliendo.

—Es que no has estado aquí pero no me hemos tenido tantos choques.

—Porque seguro que habéis tenido vuestras bocas entretenidas.

— ¡Max!

— ¿Qué?

— ¿Quieres que te cuente realmente dónde teníamos nuestras bocas?

Pone cara de asco.

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Joder, qué asco!

—Vaya, gracias.

Se vuelve a pasar la mano por la cara.

—No estoy diciendo que deis asco, sino que no quiero esa imagen en mi cabeza. Eres mi hermana pequeña.

—A Elle le gusta que le cuente esas cosas. —Lo miro divertida.

—Elle es una pervertida.

—También.

—Lo que te estaba diciendo es que me ha dolido que no me lo hayáis dicho. No estoy diciendo que tuvierais que pedirme permiso.

—Lo que faltaba ya era pedirte permiso.

Mi hermano ignora mi comentario, pero sigue hablando.

—Pero hubiese sido un detalle que os hubierais preocupado por conocer mi opinión.

Lo miro mal y empieza a reírse.

— ¿Crees que me hubiese opuesto?

—No.

—Exactamente. Roderick es mi mejor amigo, como el hermano que no llegamos a tener, y sé que te va a cuidar, eso no me preocupa. Lo que no me ha gustado es que no nos lo dijerais.

—Lo entiendo totalmente, pero no se lo dijimos a nadie. Y tampoco es como si supiéramos qué decir, o al menos yo... un ¿somos folla amigos, aunque nos seguimos llevando regular? ¿Estamos saliendo, pero no es serio?

Mi hermano asiente, entendiendo al menos nuestro punto de vista.

— ¿Has hablado con él?

Niega con la cabeza.

—Me ha escrito pero la verdad es que no hemos hablado demasiado. Más bien él me preguntaba si podíamos hablar y yo lo ignoraba.

—Como a mí.

—Como a todos.

— ¿Estamos bien?

—Supongo que sí pero no quiero que me guardes estas cosas. Nunca me voy a poner en contra de lo que tú quieras, pero un aviso no vendría mal.

—Lo siento.

Nos abrazamos cómo podemos en el asiento trasero del coche. Mi hermano es demasiado grande.

Avisamos a los guardaespaldas para ir al piso de mi hermana. Mientras subimos a su apartamento, mi hermano y yo seguimos hablando.

—Bueno, entonces... ¿lo que tenéis es serio?

Me muerdo el labio insegura.

—No lo sé... empezó sin más pero no hemos hablado de eso.

Mi hermano frunce el ceño.

—Pero está bien.

— ¿Lo está?

— ¿Supongo?

— ¿Tú qué quieres?

—No sé...

Mi hermano inclina la cabeza sin dejar de mirarme.

— ¿Quizás me gustaría dar el paso? Pero no sé si él quiere eso.

— ¿Y por qué no se lo preguntas?

—Porque él me dijo desde un principio que esto era casual.

—Pero las cosas han cambiado. —Responde en lo que abro la puerta con las llaves que me dejó mi hermana.

—No sé si para él.

Cuando entramos en el apartamento puedo escuchar una voz que no es la de mi hermana.

Y mentiría si no dijera que no reconocería esa voz entre mil.

Roderick está aquí.

Roderick está aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora