Capítulo 33

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—Entonces, ¿mañana te vas?

Asiento mientras trago unos fideos.

— ¿Por cuánto tiempo?

—Unos cinco días.

Roderick frunce ligeramente el ceño.

— ¿Por qué?

—Porque en cinco días, nos vamos y voy a estar como una semana fuera.

Me muerdo el labio.

—Nos veremos entonces a tu vuelta, ¿no?

Asiente.

Va a ser la primera vez que estemos tanto tiempo separados después de haber empezado esto.

Roderick pone una película en lo que terminamos de comer.

— ¿Tienes palomitas? —Pregunto cuando he terminado.

— ¿Tienes hambre?

Me muerdo el labio insegura, y creo que se da cuenta de lo que implica el comentario para mí porque habla rápidamente.

—No lo digo porque no tengas que comer, es solo que acabamos de terminar.

—Ya, pero tengo ganas, y tú te lo has comido casi todo.

Mira los platos y asiente.

—Tienes razón. Voy a hacerlas, anda.

Se levanta y a los minutos vuelve con ellas y me las da.

Sonrío contenta y empiezo a comer.

— ¿No quieres? —Pregunto.

—Creo que lo he acaparado casi todo, así que todo para ti.

—Yo sé compartir.

Nos reímos y al final termina por coger un poco.

Nos tumbamos, con las piernas entrelazadas, yo apoyada en su pecho mientras como las palomitas y él me acaricia el brazo.

—Eve...

— ¿Qué? —Lo miro, pero él tiene la mirada en pantalla.

—No quería hacerte sentir mal por la comida... Sé que en tu trabajo soléis tener presión por vuestro físico y tal y no quiero crearte inseguridades.

—No pasa nada, sé que no lo has hecho con mala intención ni nada.

Me besa la frente y nos quedamos así durante el resto de la película.

Supongo que esto no está dentro de nuestro arreglo, pero se siente demasiado bien. Real.

Cuando termino de comer las palomitas, dejo el cuenco en la mesa. Roderick está embobado y yo la verdad es que no sé ni de qué va, me concentré demasiado en no coger los trozos de maíz que no se han hecho y para cuando me fijé en la pantalla, ya la película había avanzado demasiado. Roderick ha dejado de acariciarme el brazo a causa de mi movimiento, pero no puedo evitar fijarme en...

Desde que estuvimos pasando las Navidades juntos no hemos hecho nada. Ni allí porque me daba pánico que alguien nos escuchara teniendo en cuenta que él había escuchado a sus padres, ni a la vuelta porque esta es la primera vez que quedamos desde entonces. Y van a pasar muchos días hasta que nos volvamos a ver.

¿Estoy pensando en lo que estoy pensando?

Sí.

Intentando ser lo más sutil posible deslizo la mano por su muslo interno sin tocarle su entrepierna. Lo acaricio buscando una reacción en lo que sigo mirando la televisión como si nada. Sigo durante un rato en lo que de reojo miro en busca de aquella reacción que quiero y creo que estoy viendo una pequeña cuando Roderick comienza a acariciarme el lateral de mi pecho haciendo reaccionar a mi pezón.

Vuelvo la vista a él, pero sigue atento a la televisión por lo que entiendo que quiere que tome yo la iniciativa así que decido ser más evidente, moviendo mi mano directamente sobre su entrepierna. Lentamente meto la mano por debajo de su pantalón de deporte, descubriendo gratamente que no lleva ropa interior, para moverla sobre su miembro.

Madre mía.

¿Realmente le estoy haciendo una paja? Sí.

¿Dónde están los preliminares?

Parezco una adolescente hormonada.

— ¿Ro-Ro?

— ¿Mmm?

—No quiero hacerte una paja.

Me mira y tose cortado por lo que le he dicho.

—No tienes que hacerla si no quieres, no estás obligada.

Me incorporo un poco, saco la mano y lamo el líquido preseminal.

Sus ojos se dilatan y se me queda mirando sin decir nada.

—Quiero chuparla.

Roderick me mira durante unos largos segundos y creo que se ha quedado en shock por mi atrevimiento. No sería la primera vez que le haría sexo oral, pero las otras veces no lo he vocalizado, no de esta forma tan directa, al menos.

—Si quieres, no seré yo el que te lo impida. —La voz le sale bastante ronca.

Entonces lo hago.

Bajo su pantalón dejando su miembro fuera erecto. Noto la atenta mirada de Roderick sobre mí, pero decido no mirarlo. Porque si lo hago probablemente me entre la vergüenza.

Acaricio su pene antes de lamerlo y ponerme a chupar. La postura no es la idónea y creo que Ro-Ro se da cuenta por me da una palmadita en el culo.

—Ven para acá.

Me muevo y me baja los pantalones y bragas, dejándolos en mis tobillos. Coge mis piernas y se las coloca en los hombros y me da un lametón en mi coño.

Los dos nos dedicamos a chupar al otro. Me es difícil concentrarme en mi trabajo, sobre todo cuando de repente me da un mordisco.

— ¡Roderick! ¡Así no se puede!

—Diría que lo siento, pero mentiría.

Como venganza le doy un pequeño mordisco a él para después seguir succionando.

—Me duelen los brazos. —Digo un momento—. Y la boca.

Roderick se ríe, pero en ningún momento paramos.

Mis piernas me tiemblan porque lo siento por todo el cuerpo. Y sé que estoy cerca. Tan cerca que no sé cómo no me atraganto cuando llego al orgasmo con la polla de Roderick en mi boca. Aun así sigo succionando, chupando y lamiendo.

—Eve, estoy a punto.

Sigo haciendo lo mío hasta que explota dentro de mí.

— ¿Todo bien?

—Dame un papel. —Digo en lo que me ayuda a volver a donde estaba.

Me tiende una servilleta y escupo dentro porque si puedo evitarlo, no me trago eso.

— ¿Saciada? —Pregunta arqueando la ceja.

—Eso ha sido el aperitivo. —Respondo en lo que me coloco encima suya y empiezo a llenarlo de besos.

 —Respondo en lo que me coloco encima suya y empiezo a llenarlo de besos

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