Capítulo 34

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Y ya estoy en París.

Han pasado cuatro días desde que llegué y la verdad es que no he parado. Mañana tengo mi última sesión en grupo y hoy ya estoy terminando mi última sesión individual. Por suerte, mañana tendré la tarde libre ya que no quedan demasiadas fotos por hacer, podré descansar hasta el vuelo del día siguiente. O al menos eso me han dicho.

Me peinan la peluca, porque sí llevo una larga rubia y con flequillo, y me retocan el maquillaje. En otras ocasiones me he teñido el pelo, pero a los pocos días de volver a casa, participaré en un desfile y quieren mi pelo natural por lo que no es plan de teñirme de rubia para volverme a teñir de castaño en días. No quiero maltratar mi cabello de esa forma.

Poso con la ropa interior ya que esto es para una cadena muy conocida de lencería.

—Eve, inclínate un poco hacia delante, por favor.

Hago caso y sigo sus indicaciones, intentando no hacer caso al sonido de mi móvil.

—Un momento, voy a ponerlo en silencio. —Digo cuando no puedo concentrarme.

El fotógrafo asiente y lo más rápido que puedo, voy a mi bolso para ponerlo en silencio. Inevitablemente miro las notificaciones y frunzo el ceño cuando veo que es Chris, disculpándose de nuevo y preguntándome qué tal en París. No sé cómo lo sabe, pero supongo que su representante se lo habrá dicho, al fin y al cabo, trabajamos en el mismo mundillo. Aunque también puede ser la prensa... aunque lo dudo porque no he visto ninguna noticia con mi cara y localización.

Dejo el móvil y vuelvo a ponerme donde estaba antes. No le he respondido porque la verdad que después del encuentro que tuvimos, no le he respondido a ninguno de los mensajes que me mandó. Al principio, porque me daba reparo ya que me escribió un mensaje todos los días por dos semanas más o menos y después uno cada tantos días. Supongo que debería decirle que acepto sus disculpas y poco más. No me gusta estar así con él, pero no me gustó nada su actitud. Nunca tuvimos una relación más allá de una amistad, así que no entiendo a qué vino nada de eso.

Me pongo como me piden durante horas. Menos mal que en la mayoría de las fotos salgo con la cara seria, porque si tuviera que estar sonriendo todo el rato, tendría agujetas.

Termino, me quitan la peluca y me recojo el pelo en una coleta alta. Por lo general prefiero llevar el pelo suelto pero la especie de media que me han colocado en la cabeza, me lo ha dejado raro. Técnicamente no está sucio, pero como si lo estuviera.

— ¿Nos vemos mañana? —Pregunto en parte para confirmar que la sesión ha terminado por hoy.

—Hasta mañana, Eve. Descansa.

Sonrío y marcho.

— ¿Comemos? —Le pregunto a Lorena en lo que viene un taxi por nosotras.

—Me muero de hambre, hoy se han entretenido bastante.

Asiento.

Llegamos a un restaurante que mi asistenta ya ha reservado. Pedimos la cena y esperamos. Por lo general suelo cenar algo ligero, pero teniendo en cuenta que lo único que he comido ha sido un bocadillo como almuerzo, ahora me daré el lujo de comer algo más contundente.

—Voy a contarle a Kevin como ha ido todo en lo que traen la comida.

Asiento y cojo el móvil para responder a los mensajes que he recibido mientras estaba en la sesión de fotos. Mi madre me ha preguntado cómo ha ido todo, mi hermana me acaba de contar que una de sus compañeras se ha lesionado y no saben si podrá actuar en la siguiente función... Mi hermano me ha mandado una imagen estúpida a la que le respondo con otra. Decido finalmente contestar a Chris y decirle que no pasa nada pero que no me gustó su actitud y que espero que no se vuelva a repetir. Me debato entre bloquearlo o no, pero al final lo dejo estar. No creo que vayamos a hablar más en un buen tiempo.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora