Capítulo23

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Roderick está en la cama dormido boca abajo. En unos días nos vamos ya todos de casa rural, pero todavía podemos disfrutar de nuestra libertad. Ayer después de otra sesión de fotos, nos acostamos y como era tarde, terminé quedándome a dormir. Diría que es la primera vez que paso aquí la noche, pero no lo es, la última vez que nos acostamos, también ocurrió. Mis padres no me han preguntado, supongo que porque me adelanté y les dije que había salido con otras de las modelos que habían participado en la sesión y viendo lo tarde que se había hecho, había decidido quedarme a dormir con ellas. No me gusta mentir, pero tampoco puedo contarles la verdad.

Por cosas así, a veces me planteo buscarme un sitio solo para mí... pero después pienso en lo solitario que sería cuando volviera y se me quitan las ganas.

Me hago la remolona, cubriéndome con las sábanas. Hace frío y yo estoy desnuda ya que cierta persona no me dejó ponerme, aunque fuera una de sus camisetas. Cada vez que intentaba levantarme, me hacía el lío y al final no lograba salir de la cama.

Roderick sigue dormido, la verdad que duerme un montón y no se despierta con nada. Cierro los ojos con la intención de volverme a dormir, pero no parece que vaya a funcionar, ya que una vez que me despierto, rara vez consigo dormirme de nuevo.

Supongo que todo cambia en el momento en el que mi compañero de cama se mueve, me rodea con su brazo izquierdo y me aprieta contra él.

Solo tenemos "encuentros" como él los llama, pero no sé cuáles son las reglas. Solo que es algo que queda entre los dos.

Dejo que me lleve contra él. Dejando mi espalda contra su pecho.

Y es ahí entre sus brazos, donde finalmente me vuelvo a dormir.

Roderick comienza a juguetear con uno de mis pezones, ocasionando que me despierte y me gire hacia él. Cuando lo hago, me sonríe.

—No puedo creerme que tengas el maquillaje intacto. —Comenta—. No sé cómo os ponen tanto pote encima.

Lo miro mal.

—Primero de todo, no sabes lo malo que es esto para la piel, pero te recuerdo que cada vez que intentaba levantarme para ponerme algo o desmaquillarme no me dejabas.

—No te escuché quejarte. —Replica divertido.

Decido ignorar su comentario.

—Y segundo, yo no suelo llevar tanta cantidad. pero en las sesiones es necesario ya que las cámaras, flashes, iluminación y todo eso se come el maquillaje.

—Me sigue pareciendo una excusa de mierda.

—Bueno, es tu opinión, pero así son las cosas. Además, la que lo lleva soy yo, así que a ti no te incumbe.

Coloca la mano sobre mi mejilla para acercarme más a él, hasta que finalmente se unen nuestros labios. Una parte de mí se preocupa por el posible aliento mañanero, la otra le dice que se calle y disfrute del momento. Si él no pone pegas por algo será.

Mi mano desciende hacia su entrepierna y le acaricio el miembro acercándolo a la mía.

—No me he puesto condón. —Interrumpe el beso.

—Llevo el dispositivo y no lo hago nunca sin condón. —Sigo acariciándolo.

Creo que es la falta de sueño me vuelve irracional.

Y que confío en él.

Y muy probablemente en el hecho de que no quiero esperar lo que tarda en ponerse el gorrito.

—Tenemos exámenes periódicos y tampoco lo hago sin él. ¿Estás segura?

Asiento.

Y él asiente de vuelta.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora