Capítulo 18

47 3 0
                                    

Llevo ya unos días en casa. Al final papá no llegó a decirle nada a mi madre, supongo que porque ya no ha salido más el tema de Chris. Y bueno, teniendo en cuenta que no sé qué pasará, prefiero que se quede así sin más.

Cuando salí del baño del avión, nadie se dio cuenta de nada. Y Roderick volvió a ignorarme como es habitual. Yo intenté dormir, pero para lo que quedaba de vuelo no merecía la pena, así que me quedé durante el trayecto pensando en lo que había vuelto a pasar.

Porque una vez es un error, dos puede que fuese una recaída, pero ¿tres? Eso ya no se podía considerar ni siquiera un desliz. Sinceramente, no sé qué es lo que estamos haciendo. Y una parte de mí siente que necesita contarle esto a alguien, pero hay demasiada gente involucrada en todo esto.

Después de estudiar durante horas, decido irme al gimnasio de casa, ya que estos días apenas he hecho ejercicio y esto no puede ser. Debo cuidarme. Aunque ¿a quién quiero engañar? He salido a mi madre y no me gusta hacer deporte para nada. Ojalá fuese como mis hermanos que salieron a mi padre, pero no.

Me pongo a correr en la cinta y aún con la música a tope no puedo evitar pensar en cómo me sentí con el roce de su piel sobre la mía, del sabor de su lengua... No estoy bien.

Esto no está bien.

Para nada.

Debo centrarme en todo lo que tengo que hacer.

Cuando dejo de correr, miro el móvil y veo que tengo bastantes notificaciones. Cuando esto pasa no suele ser por algo bueno.

Es de mí y de Chris.

De que estuvimos conversando durante un largo tiempo en el desfile. Los tabloides están suponiendo que hemos tenido un "acercamiento", se preguntan si "hemos vuelto" ... Si supieran que nunca llegamos a salir del todo.

Bueno, del todo y de nada. No llegamos a salir nunca como algo más que amigos.

Aunque sí que nos acostamos.

Una vez.

Y no trajo nada bueno.

— ¡Aquí estás!

— ¡Joder!

Me giro hacia mi madre que me ha dado el susto de mi vida.

— ¡Eve! ¡No digas palabrotas!

La fulmino con la mirada a pesar de que ella me esté sonriendo divertida.

—No me asustes y así no diré palabrotas.

— ¿Qué de cierto hay en las noticias de que has vuelto con Chris?

Mierda.

Si hasta mi madre se ha enterado de esto es que se ha corrido la voz por todos lados.

—Nada. Simplemente coincidimos y hablamos.

Asiente.

— ¿Y eso de que vas a quedar con él?

—Chivato. —Mascullo.

— ¿Pensabas que tu padre no me lo diría? Eve, tu padre no puede guardarse nada.

Ahí tiene razón.

—Solo dijimos de quedar para ponernos al día. —Antes de que me interrumpa, sigo hablando—. Es un buen chico, ¿de acuerdo? Y tampoco sé si pasará en algún momento.

Me mira poco convencida.

—No sé si es correcto todo esto.

Suspiro.

—Mamá, pensemos en eso cuando me diga algo. Tampoco hay que adelantar acontecimientos.

—De acuerdo, pero ya sabes que no me da buena espina.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora