Capítulo 69

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En el momento en el que dice mi nombre, todos mis temores se hacen realidad. Recuerdo todos los comentarios de Roderick en los que me decía que no le gustaba cómo me trataba, cómo me miraba... y cómo yo no quise verlo. Cómo me engañaba diciéndome que no era raro, que simplemente estaba así por lo que habíamos pasado hace ya dos años.

¿Cómo he podido ser tan ingenua?

¿Cómo después de lo de Sanders no he podido ver todas las señales?

¿Cómo es que no he sido capaz de aprender la lección de que no puedo confiar tan rápido en la gente?

No aprendo.

Si es que no aprendo.

Quiero hablar, pero no tengo ni siquiera voz para hacerlo. Me encuentro tan asustada que no soy capaz de hacer nada.

Como cuando vomité por primera y última vez.

Como cuando me quedé tirada en el suelo del baño llorando pensando en lo que había hecho. Sabiendo lo que todo eso implicaba para mi salud.

Estaba aterrada.

Como ahora.

Pero en aquel momento fui capaz de ver el problema, fui capaz de ponerle remedio, de pedir ayuda... y ahora... ahora no tengo a nadie que me ayude, a menos que Roderick venga para acá.

Cosa que ahora que lo pienso no sé si quiero que venga. No quiero que le pase nada.

Me palmeo el bolsillo como puedo para ver si quizás no se ha acordado de quitarme el móvil.

—Si crees que no te he quitado el móvil, creo que me estás sobreestimando.

Mierda.

—Bueno, ¿no vas a decirme nada?

Niego con la cabeza porque todavía no soy capaz de hablar. Tengo que concentrarme en respirar como me enseñaron en terapia. Tengo que inhalar y exhalar para no dejar que el pánico me controle.

Puedo salir de esta, tengo que serenarme y pensar.

Tengo que ganar tiempo.

Roderick sabrá que estoy en casa, o que al menos habrá alguien en casa cuando vea que no hay luz y que guardé las cosas en la cocina. Porque él no es como yo y no va a pensar que lo hizo antes de marchar, él tiene bastante control sobre ese tipo de cosas, así que sabrá que alguien ha estado en casa.

Al menos que alguien se ha pasado por ahí.

Elle sabe que estoy aquí. Nadie más lo sabe. Pero mi hermana no es como mi padre o Max, ella no se lo va a decir a nadie. A menos... a menos que mis padres hablen de mí y quizás... puede que se le escape o yo qué sé.

Es más probable que Roderick venga y me descubra a que a mi hermana se le escape donde estoy.

Joder.

Lección aprendida. Decirle a la gente dónde voy sin importarme quién lo sepa. O al menos a una persona que se le escape con mayor facilidad que a mi hermana.

Porque adoro el poder confiar tanto en ella sabiendo que nunca dirá nada a nadie por mucho que se lo pidan, pero ahora...ahora me viene un pelín mal ese secretismo la verdad.

Escucho cómo Chris se acerca hacia mí y automáticamente me pongo aún más en alerta. Volviendo a la realidad.

Inhala. Exhala.

Inhala. Exhala.

Conozco a Chris. Sé cómo es. No va a hacerme nada. Seguro que todo es una broma. Que hay una lógica detrás de todo esto.

Sí.

— ¿No vas a hablarme?

Coge una silla de no sé dónde porque sigo sin ver una mierda y se pone frente a mí.

La luz de la lamparita ilumina la parte de atrás de su cuerpo, su silueta, como si fuera la típica ilustración de un ángel.

La hipocresía es que los ángeles se supone que son buenos... él... habiéndome hecho esto... podría ser calificado como cualquier adjetivo menos ese.

Y cualquiera bueno ya que estamos.

— ¿Por qué? —Digo intentando mantenerle la mirada con un hilo de voz.

Se acerca e instintivamente me echo hacia atrás, pero eso no lo ahuyenta, sino todo lo contrario. Me agarra de la barbilla para acercarme más a él en lo que me echa un mechón de pelo, que tenía en la cara, detrás de la oreja.

Normalmente este tipo de gestos me parecen muy románticos. Cuando me lo ha hecho él, solo he sentido arcadas del asco que me ha dado.

No puedo creerme que esto sea real.

Se ha rapado el pelo y está completamente afeitado. Ha cambiado su apariencia desde la última vez que lo vi, ya que, aunque se había vuelto a teñir el pelo de su color, la parte de arriba estaba más larga.

O eso creo.

Porque siendo sincera no recuerdo muy bien cómo estaba la última vez que lo vi.

Chris se echa hacia atrás, apoyando la espalda en la silla. Durante unos segundos, aunque para mí son más bien minutos, se queda mirándome. Estudiándome. Como si esperara...Bueno, no sé qué puede esperar de mi en esta situación la verdad.

Mientras sigue callado, me concentro nuevamente en mi respiración.

Inhala. Exhala.

Inhala. Exhala.

Tengo que mantener la calma.

Mientras me concentrabaen mi propia respiración, habló

Mientras me concentrabaen mi propia respiración, habló

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