81. El Sacrificio

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CAPÍTULO OCHENTA Y UNO
EL SACRIFICIO
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GRACE ESTABA SENTADA SOBRE UNA roca, su mirada perdida en el collar de luna que colgaba de su mano

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GRACE ESTABA SENTADA SOBRE UNA roca, su mirada perdida en el collar de luna que colgaba de su mano. Ese collar significaba mil cosas para ella. Le traía a la memoria dos personas: Nick Fury, el hombre que la había criado y al que había perdido hace cinco años, y Logan Carter, su esposo, quien tenía el collar del sol.

Su pecho se encogió cuando la luna rozó la argolla en su dedo. Su anillo de matrimonio, adornado con una hermosa perla, representaba la vida que apenas había comenzado junto a Logan. Tan solo un día antes se habían unido por completo el uno al otro. Pero esa vida no estaría completa sin las personas que amaba, no sin Natasha o Clint.

Con manos temblorosas, se quitó el anillo y lo colgó en la cadena junto a la luna.

—Thanos salió con la gema de aquí, pero no con su hija —alcanzó a escuchar a Natasha decirle en un susurro a Clint—. No es una coincidencia.

—Así es —soltó Clint con un resoplido.

—Haremos lo que sea —dijo Natasha con determinación.

—Haremos lo que sea —repitió Clint, firme.

Grace se limpió una lágrima que rodaba por su mejilla. Sabía lo que ellos estaban pensando.

—Si no conseguimos la gema, todos seguirán muertos —continuó Natasha.

—Creo que ambos sabemos quién debe ser —murmuró Clint. Grace los vio de reojo, observando cómo ambos se tomaban de la mano y se despedían.

—Empiezo a creer que hablamos de otra persona, Natasha —intervino Clint, su voz cargada de emoción.

—Estos cinco años he buscado una sola cosa: llegar justo aquí. Solo me ha importado que los demás revivan.

—No saques tu lado amable ahora —replicó Clint.

—¿Y crees que quiero hacerlo? Estoy tratando de salvarte. Necesitamos hacerlo rápido antes de que nos detenga —susurró Natasha, y Grace sintió la mirada de ambos sobre ella.

—Grace —la llamó Clint—, ¿qué haces?

—Nada, solo pensaba —respondió ella, poniéndose de pie. Se cubrió la mano con su traje y apretó el collar. Las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos, así que no se volteó a mirarlos; no quería darles más razones para resistirse—. Lo siento tanto—murmuró con la voz quebrada.

Grace sabía lo que tenía que hacer.

Se volteó, utilizando su habilidad de sangre control sobre Clint y Natasha para inmovilizarlos. Con un esfuerzo tremendo, los tumbó al suelo y los alejó del precipicio mientras ella misma se acercaba al borde. Una vez allí, giró para ver sus cuerpos somnolientos de dolor y les dedicó una última sonrisa antes de dejarse caer.

INQUEBRANTABLE / THE AVENGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora