Ella no es de embriagarse, pero ella bebe.
Ella no es de apostar, pero ella juega.
Ella no es de ir a fiestas, pero ella baila.
Ella no es de enamorarse, pero ella enamora.
Ella es muy buena con las armas, por ende ella asesina.
Ella no cree en el d...
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Aquel movimiento le había gustado: el enemigo concentra todo su esfuerzo en amenazar al jugador y éste de pronto desaparece ante sus ojos, alcanzando la delantera
Arabella
Tener a Harrison en la misma habitación en la que yo estaba luego de meses sin verlo se me hacía extraño pero al mismo tiempo satisfactorio. Él era lo más cercano a una figura paterna que tenía y el que se diera el tiempo para venir a ayudarnos con todo esto y conocer a Rush en persona era gratificante... Aunque lo último él no quisiera admitirlo ni en sus pesadillas.
Rush, en lo que iba de reunión, por otro lado, no despegaba su vista de mí y estaba volviéndome loca aunque lo ignoré lo mejor que pude. Me concentré en la reunión pero de un momento a otro entrecerré los ojos a las diapositivas que Rise estaba pasando por la pantalla grande de la oficina, explicando cada punto del siguiente operativo que se iba a conformar por él mismo, Riden, Nathaniel para pilotear el avión y mi persona cuando el pequeño sueño que tuve luego del impactante sexo de anoche con el espécimen llegó a mi cabeza.
¿Era posible de que aquello no hubiese sido únicamente una pesadilla y fuese eso lo que él y Justine me estaban ocultando? Sacudí la cabeza ligeramente, negándolo. No. No pudo haber sido eso sino Harrison me lo hubiese dicho en cuanto crucé la puerta de la oficina hace quince minutos.
—¿Hay algo en lo que no estés de acuerdo, preciosa? —Inquirió Rise, sacándome de mis pensamientos.
Mierda. Lo miré e intenté repasar todos los retazos de información que había soltado los últimos minutos.
—Ahí —apunté lo primero que se me ocurrió, haciendo que todos rodaran su mirada al lugar que estaba señalando en la pantalla—. Esa es la bandera de Los Cani Da Caccia, y eso quiere decir que...
—Hay una escasa posibilidad que estén presentes en este operativo, sí —habló Rise y rápidamente miró al espécimen a mi lado quien exhaló ruidosamente—, ¡pero eso no significa que vayan a estar! Únicamente lo señalé para tomar medidas preventivas.
—Estén o no estén Arabella irá al maldito operativo —gruñó mi jefe, sin permitir segundas opiniones—. La necesitan ahí y no es algo con lo que vaya a ponerme a discutir con ninguno.
Eché una mirada de reojo a Rush. Él estaba apretando su mandíbula notoriamente molesto, no obstante, no iba a discutir el punto de Harrison. Si los Cani Da Caccia iban a estar implicados en el operativo ninguno de ellos iba a sobrevivir lo suficiente ahí por más minutos que le agregaran a la baja del sistema de seguridad.
—¿Qué son los Cani Da Caccia? —Preguntó un avergonzado Nathaniel casi que en un susurro.
—Son un grupo de mercenarios más sanguinarios de la mafia italiana —me encargué de responderle antes que cualquiera. Tenía el presentimiento que ellos lo harían quedar como idiota por no saber y él no lo merecía—. Están bajo el mando de Alexey desde hace años y normalmente se los envía a misiones que necesiten de artillería pesada.