Ella no es de embriagarse, pero ella bebe.
Ella no es de apostar, pero ella juega.
Ella no es de ir a fiestas, pero ella baila.
Ella no es de enamorarse, pero ella enamora.
Ella es muy buena con las armas, por ende ella asesina.
Ella no cree en el d...
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No queda más remedio que jugar la partida con las nuevas cartas
Rush
Pasar la tarde de un domingo viendo comedias románticas no era algo a lo que me anotaría con nadie, pero mi novia quiso colocar todas las películas habidas y por haber del género y, para mi sorpresa, terminé adoptando un gusto por alguna de ellas.
Arabella se quedó dormida en mis brazos un par de veces cuando la película saltó de "La Propuesta" a "Marley y yo" y me quedé disfrutando de la sensación de tenerla junto a mi pecho hasta que la gente empezó a joder, despertándola por completo. Su soldato pasó unas tres veces en dos horas para preguntarle como estaba, Kendall la atosigó con regaños y preguntas de por qué no estaba en la jodida habitación, Harrison la sermoneó por gastar horas libres que bien podía estar utilizando en otra cosa y Riden apareció por quince segundos para darnos su habitual mirada de asco, desapareciendo luego de eso.
Mi novia quiso preguntarle por Roelle, pero Morien estaba dando vueltas por la casa con el semblante que ponía cuando quería matarnos a Rise y a mí, asegurándose de que todo estuviera limpio (cosa que me jodía porque yo no quería que hiciera nada de eso ya que para esa mierda tenía un maldito personal contratado para llegar todos los fines de semana), por lo que Arabella se tragó las preguntas y me las susurró a mí. No contesté ninguna, claro está. Era problema de Riden en que coño meter su verga y Arabella estaba harta de escuchar la misma respuesta una y otra vez.
Me repetía que solo quería saber más sobre Roelle y Riden y yo le repetía que si quería saber sobre ellos dos, bien podía preguntarles y dejarme fuera de lo que sea que estuviera planeando en su cabeza curiosa. Molesta, se dedicó a terminar de ver "10 Cosas que Odio de Ti", pero su atención a la película y su enojo hacia mí no duraron ni quince minutos cuando ya estaba recostándose sobre mí otra vez mascullando preguntas en mi dirección.
—¿Desde cuando eres doctor? —Me preguntó justo en el momento en que Heath Ledger empieza a deslizarse por un tubo mientras sostiene un micrófono, cantando desafinadas mierdas demasiado cursis para mi gusto.
—No soy doctor —contradije, agradeciendo que su bonita boca se comenzara a mover porque no podía soportar más de esa película—. Me gradué de medicina hace cinco años de la universidad. No ejercí la carrera y cuando cumplí los veintitrés me llamó la atención la rama pediátrica, así que me fui por ella.
—¿Entonces por qué Roelle dice que sí eres doctor?
—Porque le encanta joderme con eso —tenía más de seis años conociendo al polvo de Riden y ella siempre jodía con lo mismo, sin embargo, esta era la primera vez que le había respondido con el tema de su hija y tan solo lo hice porque me salió fácil molestarla a ella y joder con Arabella. Quité la vista del televisor y la enfoqué en ella—. ¿Harrison no te advirtió de no creer en todo lo que escuchas?