Ella no es de embriagarse, pero ella bebe.
Ella no es de apostar, pero ella juega.
Ella no es de ir a fiestas, pero ella baila.
Ella no es de enamorarse, pero ella enamora.
Ella es muy buena con las armas, por ende ella asesina.
Ella no cree en el d...
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El juego lo conozco yo, y al jugador también.
Rush
Lo que me había dicho Larissa me dejó pensativo al parecer un rato bastante largo porque Drake interrumpió el hilo de mis pensamientos con un carraspeo y una sonrisa gigante en su estúpido rostro. Le di una mirada mortal.
—Vamos, vamos —dijo Drake, palmeándome la espalda en cuanto las puertas se cerraron—. Vayamos a ver a tu princesa patear traseros desde la sala de control.
Dejé pasar las amonestaciones hacia él por haberle dicho todo a Larissa cuando ni siquiera la mujer llevaba un la semana entera aquí. El mayor de los Anderson estaba desesperado y entendí el hecho de confiar en ella. No me gustó que él me lo ocultara, pero entendí la necesitad de confiar completamente en ella.
—Sale herida y te mato, Drake —amenacé en cambio, caminando con él, Zach y Kendall a la sala de control que quedaba en la parte posterior del segundo piso.
Drake rió.
—Veré tu cara cuando salga del simulador, amigo —dijo mientras subía las escaleras de dos en dos.
Cuando entramos a la sala de control, me apoyé en la pared, al lado de la entrada, observando como los demás tomaban las posiciones a las que ya estaban acostumbrados y suspiré ruidosamente. C8 era un nivel de la sala más grande de entrenamiento con tecnología de punta. Invertí demasiado dinero en esa sala. Su configuración era malditamente increíble y todo parecía real. Absolutamente todo. Las balas, armas... Todo. La tecnología era buena, y por ende, era jodidamente muy difícil de pasar el nivel. Para allá iban sólo a los que yo consideraba óptimos para el cambio, a los que yo consideraba malditamente buenos.
Cuando Drake soltó que Larissa había vencido a Finz en tan sólo minutos, me sorprendió, lo admitiré. Por eso le pedí su opinión. Opinión que no debí pedir. Issa no me demostraba estar lista para el C8. Sí, ella era mordaz, inteligente, me sacaba de quicio, defendía sus puntos de vista, me desafiaba cuantas veces quería, me decía no, pateaba mi culo en póker, era audaz, ágil, valiente... ¿Pero lista para el C8? No estaba muy convencido.
—Hola —sonó la voz de Kendall a mi lado, cortando mis pensamientos.
Le di una sonrisa. Kendall era casi todo lo contrario a Issa, y quizás por eso se complementaban tan bien, además, el que tuviese a ambos hermanos Anderson babeando por ella era increíblemente encantador de ver.
—Kends —saludé.
—¿Cuál es el objetivo del nivel? —Cuestionó ella, sin un atisbo de preocupación.
La idea del nivel era básicamente fácil, ya que tenías que lograr ser el último de pie. Eso era todo. Ahí, tratando de conseguirlo, desarrollabas fuerza, ingenio y agilidad.