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Algunas personas juegan  tranquilamente, otros con más tensión y agresividad

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Algunas personas juegan tranquilamente, otros con más tensión y agresividad


Arabella

Me sentía terrible. Aunque estaba cómoda, bañada con ayuda sin mi consentimiento y metida en un pijama, me sentía horrible. El dolor de cabeza no ayudaba, el peso de mi cuerpo tampoco, me sentía cansada y con ganas de vomitar y el que Rush estuviera observando cada mínimo movimiento estaba estresándome aún más.

—¿Me están diciendo que estuve más de dos semanas en coma? —Volví a repetir, roncamente.

Sí, mi voz también se escuchaba de la mierda y dolía hablar.

—No hables, solo come —me regañó Rush, apurando mi sopa.

Rush. Al espécimen sexy traído por el mismísimo Dios a la tierra fue quien vi de primero al despertar. En cuanto me vio abrir los ojos, lo primero que hizo fue resonar el nombre de Justine por toda la habitación. Ella arribó segundos después.

Me revisaron, tomaron todos los exámenes posibles para saber si de verdad estaba bien, me ducharon, me abrazaron y lloraron. Kendall más que todos los demás. Curiosamente, nadie habló absolutamente nada de lo que me había perdido mientras que estaba inconsciente por más que pregunté al acordarme. Pregunté mi razón por caer en coma, pero lo único que pudo decirme Justine fue que mi cuerpo estuvo bajo muchísimo estrés, por lo que tenía que tomarme las cosas con calma de ahora en adelante.

Ahora, me encontraba en la sala, conectada a un suero multivitamínico, rodeada de las miradas de los hermanos Anderson, los hermanos Massey, mi mejor amiga y mi doctora, tomando una sopa que por más que intentaba tragarla, mi estómago no la procesaba. Resoplando, dejé el plato a un lado, ganándome miradas desaprobatorias de Rush.

—¡Bueno, basta! —Gruñí, ignorando el sonido rasposo de mi voz y lo terrible que tenía la garganta. Sentí el pinchazo proceder de mi brazo cuando me arranqué la intravenosa, y me levanté—. No necesito de sus miradas. Gracias por estar al pendiente de mí, de verdad lo agradezco, pero llevo más de dos horas preguntando qué demonios ha sucedido mientras me encontraba en coma y ninguno de ustedes me ha contestado una mierda —sentí mi ansiedad elevarse al techo—. Lo único que sé es que Las Sombras están hechas un caos y todo es por el maldito club, así que, ¿alguien sería tan jodidamente amable de explicarme qué es lo que ha sucedido?

Todos instantáneamente miraron a Rush. Dándoles una mirada mortificada, miré a Rush encarnando una ceja, esperando respuestas. Él suspiró y empezó a hablar:

—Montalbano nos está exigiendo el club —habló entre dientes—, la mafia italiana, Los Cloud, la Bratva Rusa y Las Tríadas ha matado a la mayoría de sus contrincantes por los lugares que el maldito lugar acapara, y tenemos una gala ahora obligatoria a la que tenemos que asistir todos nosotros —señaló a sus hermanos y a mí—. Harrison se ha estado comunicando conmigo para saber cómo estabas y me ha estado informando de todo —hizo una mueca—. Las cosas están sangrientas y todo es una matanza —suspiró, pasando una mano por su rostro—. Aún no hemos resuelto qué demonios hacer.

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