Jugarlo todo tiene un precio, pero el dolor imprevisto demuestra que siempre se subestima el costo
La ansiedad se transformó en una presión aplastante ahora en mi pecho, pero aun así no me detuve. La busqué frenéticamente, barriendo cada pequeño espacio con la mirada en busca de cualquier señal, cualquier destello de su melena negra que pudiera indicarme que estaba bien. El estrés era palpable, y el miedo comenzaba a hacerse un hueco en mi estómago, mezclándose con la jodida culpa que me corroía la sangre.
Debí, jodidamente debí, dejarla encerrada en algún maldito lugar del jet. Así me hubiese evitado todo ese dolor de cabeza innecesario, joder. ¿Por qué diablos había creído que se tomaría las cosas con calma? ¿Por qué le di el beneficio de la duda? ¡Debí encerrarla bajo llave!
Una figura captó mi atención a metros de mí. Aunque pude respirar mejor cuando vi que se trataba de mi hermano, la culpa no se disipó y el maldito miedo tampoco. Riden corrió a mi lado, cubierto de manchas negras y con una mirada que ardía de furia y que decía más que mil palabras. En su mano sostenía un pequeño dispositivo que hizo que mi corazón volviera a latir, mientras que mi mente se inundaba con ocho mil formas de matar a Arabella.
—Ella...
Riden estampó un puñetazo en todo mi ojo izquierdo a la par de que me lanzaba el localizador en el pecho.
—¡Una sola cosa te pedí y te la pasaste por las malditas bolas, hijo de perra! —Bramó, sin darme tiempo a reaccionar—. ¡Te dije que era arriesgado para ella, te advertí que haría lo que le viniera en gana y jodidamente te pedí que la mandaras de vuelta a Escocia! ¡Pero tú no escuchas! ¡Dejaste que ella hiciera contigo lo mismo que hace con Rush y ahora por tu culpa se lanzó de cabeza hacia los brazos del maldito Boss solo por demostrarle una mierda a la maldita de Kaela, Rise!
Su vómito de palabras resonaban con un peso que me aplastaba. Cada sílaba estaba bañada en razón. Sabía que era mi culpa, que si algo le pasaba a esa mujer, yo cargaría con todo el peso. Pero que te lo sacara en cara tu hermano, hirviendo de ira, mientras te palpitaba el ojo por el dolor del golpe e intentabas ver por encima del dolor qué diablos estaba haciendo Arabella, hacía que mi cabeza pensara en mil mierdas y no dijera ninguna.
—Yo sé que...
—¡No me digas una mierda! —Espetó, furioso, dejando caer otro golpe en toda la boca de mi estómago—. ¡Si ella muere aquí, Rush no será el menor de tus problemas, maldito bastardo!
Debía molestarme con él por los golpes recibidos, pero lo único que mi cabeza estaba pensando ahora que estaba en el suelo jadeando por aire, era que en qué momento los sentimientos de Riden se habían intensificado tanto por la novia de mi hermano. Si Riden seguía por ese camino...
—¡No estamos en la posición más cómoda para peleas familiares, joder! —La voz de Kaela se filtró por mis oídos, junto a las botas negras que llenaban mi campo de visión y el gruñido rabioso de Riden—. Arabella está en la base ahora mismo. Tenemos que regresar a los helicópteros antes de que todo este puerto se hunda.
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Let's Play
Teen FictionElla no es de embriagarse, pero ella bebe. Ella no es de apostar, pero ella juega. Ella no es de ir a fiestas, pero ella baila. Ella no es de enamorarse, pero ella enamora. Ella es muy buena con las armas, por ende ella asesina. Ella no cree en el d...