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Especial  (1/2)

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Especial  (1/2).

N/A: este, más el siguiente capítulo, tendrán escenas fuertes. Por lo que recomiendo que si no eres de leer escenas explicitas, déjalo hasta acá. Sin más que añadir por acá, nos leemos más abajito. 👀

Alea iacta est, es decir, joder.

Arabella

Octubre, 21.

Sumergirse.

Luchar nadando para salir a la superficie.

Salir a duras penas, tratando de mantenerme a flote.

Ahogarse por una fuerza externa que te exigía que volvieras a las profundidades del negro y helado mar del que estabas luchando por salir.

Repetir.

Repetí eso. Repetí el horrible proceso hasta que mis brazos se cansaron de bracear de manera errática. Repetí eso hasta que el agua salada se hizo imposible de seguir soportando, así que me ahogué. Dejé que esa maldita fuerza externa me llevara hasta donde quería llevarme. Los pulmones se llenaron de agua, la garganta se me cerró, los ojos ardían.

Intentar contener la respiración se hacía cada vez más imposible, y desfallecer era mi opción más viable. Y estaba a punto. Pero al mar no le debió de gustar mi sabor ya que me escupió con violencia, haciéndome volar, depositándome en un lugar condenadamente helado, en algo apenas cómodo.

Abrir los ojos no era una opción para mí. No podía. Y si esta era una recompensa del mar por dejarme tragar, apestaba.

Non possiamo continuare a tenerla così, signore. Il suo corpo non reggerà un'altra infusione. Tanto meno con questa temperatura. Sono passati giorni, ha bisogno di cibo.

«No podemos seguir manteniéndola así, señor. Su cuerpo no soportará otra infusión. Mucho menos con esta temperatura. Han pasado días, necesita comida». Tardé en registrar la voz y tardé mucho más en registrar el idioma. Mi cabeza soltó traducción tras traducción en cada idioma que sabía, hasta que pegó con uno que me dejó más confundida de lo que me encontraba.

Sentí el roce de una nariz en mi cuello, seguido de una mordida que activó un dolor punzante en mi cuerpo. ¿Qué mierda...? Una risa profunda y masculina fue lo siguiente que oí y luego algo que hizo que mi corazón latiera desbocado.

—¿Estás despierta, ouranos? ¿Me oyes? —Un lengüetazo asqueroso recorrió mi garganta—. Ve conmigo la ironía de la vida y la estupidez de tu razonamiento —volvió a reír—. Jugaste con fuego hace algún tiempo, ¿y qué creíste? ¿Qué las acciones de tu comportamiento no iban a tener consecuencias? —Soltó un tarareó negativo y se echó a reír. El frío volvió a arroparme cuando se alejó—. Non mi interessa. Alza la temperatura e raddoppia la dose.

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