Oh no

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FREEN


Dejé a Becky sola en el estacionamiento. Ni siquiera lo agradeció, que la estaba ayudando, Ella siempre encuentra una manera de irritarme, parece que le gusta. No tenía ni idea de qué hora era, salí por la calle sola. Ya estaba acostumbrada.

:- ¿Freen? - Me detuve en mis talones reconociendo esa voz. Billy estaba parado frente a una discoteca donde yo pasaba por delante. - ¿Qué haces por aquí?

:- Estaba pasando.

:- ¿Has venido a ver lo que estaba haciendo?

:- No. El padre de Becky no está bien, he venido a donar sangre.

:- ¡¿A Marco?!

:-Si.

:- ¿Quieres que te lleve a casa? Hoy estoy con mi auto y creo que estás cansada.

:- No voy a negar un paseo, ya me conoces. - Se metió las manos en el bolsillo de sus jeans y salió delante de mí. Lo seguí hasta un auto negro con ruedas brillantes.

:- ¿Esta Becky es esa loca?

:- Sí, lo es. ¡Ella me saca de quicio! - Pasé el cinturón en mi cuerpo y comenzó a reírse.

- Parece que no esta bien de la cabeza.

:- ¿Sólo ahora te has dado cuenta? - Se rió y giré mi cara mirando a la ventana.

Solté un suspiro recordándome de su beso.

:- ¿En que piensas?- Preguntó

:- En nada.

:- Bueno, ya llegamos.

:- Gracias, Billy. - Cuando fui a abrir la puerta, me tiró de la mano para que lo mirara.

:- ¿Puedo besarte? - Estuve mirándolo unos segundos. Le sonreí y me acerqué dándole un beso rápido.

:- ¿Es eso suficiente?

:- No, quiero mas

:- Hoy he besado mucho, estoy cansada. Hasta la próxima. - Salí de prisa del auto antes de que impugnara algo. Lo escuché arrancar con el auto y entré en el edificio.

Apenas entré en casa y me tiré al sofá. Me estaba muriendo de sueño, con los pies cansados y débil por haber perdido casi un litro de sangre. Para que después, esa idiota se burlará de mi. Simplemente no negué ir a ese hospital por culpa de su padre. Miré el reloj al lado de la televisión que marcaban casi las tres de la mañana. No es de extrar que casi estuviera cayendo al suelo de sueño. Entré en el baño viendo el vestido de Becky en el suelo. Bajé cogiendo esa pieza un poco mojada y me la lleve hasta la nariz. Cerré los ojos inhalando su inconfundible olor.

Inmediatamente me acordé de nuestro beso que, ciertamente, siempre me movía. Besarla era totalmente diferente, no en la cuestión de ser una chica. No puedo explicarlo, parecía que nos encajábamos perfectamente. Justo cuando la recordé irritándome, tiré su vestido al suelo y sacudí la cabeza en un intento de olvidar su olor.

Me quité la ropa y entré debajo de la ducha. Cerré los ojos para dejar que el agua caliente me mojara la cara, me vino la imagen de Becky semi desnuda en mi habitación. Respiré profundamente, apoyé mi espalda en la pared sintiendo el azulejo helado y miré al suelo.

¡Esto no podía estar sucediendo!

No puedo aferrarme a nadie. Siempre que nos aferramos, la gente decide irse y siempre estamos sufriendo. Sufrir no es conmigo, más aún por una niña mimada.

BITCH || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora