BITCH || FREENBECKY

Finalmente

FREEN

Suspiré totalmente agotada y me rasqué los ojos tratando de ver a Becky durmiendo a mi lado. Fijé mi mirada a cualquier rincón de esa pared detrás de un reloj. Todavía estaba oscuro, pero seguro que todavía era de madrugada.

Toqué algunos hilos caídos en su rostro y admiré su rostro sereno. Los labios entreabiertos, las mejillas rosadas, las cejas perfectamente dibujadas y la nariz igual a la de Yuki.

Ella era tan hermosa...

Empujé algunas piezas de su ropa y tiré de la sábana al pie de la cama, para cubrir su cuerpo totalmente desnudo y seguí admirando su belleza en medio de la luz de las velas.

Debería estar agotada, ya que no se detuvo en casa ni un minuto por sus primos y para arreglar todo para hoy. Tan simple y tan pura.

Después de su gran sorpresa, terminamos teniendo sexo un par de veces más. Tal vez dos o tres. Entonces, se dormirá hasta tarde.

Miré la pequeña y delgada alianza en mi dedo y sonreí sola al recordarla verla parada con ellas en las manos. Terminé asustándome, pero fue muy lindo.

¡¿Y la cena?!

Fue su cara y tan adolescente. Me sentí como la persona más querida del mundo al verla preocuparse tanto por mí.

Volví a mirarla moverse y suspirar profundamente. Su brazo derecho aterrizó en mi vientre y su cabeza se acostó sobre mis hombros. Incluso murmuró algo, haciéndome reír y tocar su brazo.

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:- ¡Buenos días, mi hermosa flor del día! - Sentí que mi cuerpo pesaba y el perfume de Becky invadió mis fosas nasales. Ella tenía la mitad de su cuerpo encima del mío. Pasó la punta de los dedos en mi clavícula dibujándola y me besó la barbilla.

:- Buenos días...- Murmuré. Traté de sacarla de encima de mí. Tiré más de la sábana para cubrir completamente mi cuerpo.

:- ¿Vamos a dormir un poco más si?- dije

:- No podemos, mi amor. Ya son casi las cuatro de la tarde y pagué el motel hasta las cinco.

:- ¡¿Entonces estamos en un motel?! - Me quité la sábana de la cara y la miré. Su cabello estaban desordenados y ella todavía seguía desnuda.

¡Hermosa!

:- ¡Estamos! Era el único lugar en el que podíamos hacer esto sin molestias. - Me quitó un pelo de los labios y puso la cabeza sobre mis pechos.

:- ¿Entonces no tendremos más tiempo juntas?- pregunté

:- Por supuesto que lo tendremos, pero para hacer el amor como lo hicimos... ¡No!-

Respiré profundamente y comencé a acariciar su cabeza sobre mi pecho. Estuve todo el tiempo mirando el techo mientras ella seguía con los ojos cerrados y acariciaba mi cintura.

Después de mucho tiempo así, decidimos bañarnos juntas. Nada malicioso, solo bañarnos y cambiarnos.

La ayudé a arreglar algunas cosas en la habitación y guardar esa fantasía dentro de la caja de nuevo, porque como dijo, su madre no tenía ni idea de que era una fantasía sexual y no tenía ni idea de que estábamos en una habitación de motel. Para ella, habíamos ido a la punta de la playa y luego a un club para celebrar mi cumpleaños.

Estuvimos unos minutos más saliendo dentro del auto. Estábamos hablando de las alianzas, ya que ella quería saber si me había gustado y bueno... ¡Me encantó! Nunca me gustó usar alianzas, pero la que me dio era hermosa.

:- ¡Ahora la alianza demuestra que eres solo mía! - Susurró cerca de mi cara. Sonreí de acuerdo y le di un beso largo.

:- ¿Puedo admitir una cosa?- pregunté

:- ¿Qué?

:- Me dejaste toda la vagina dolorida. - dije en medio de la risa. Sus mejillas se sonrojaron y ella cerró los ojos totalmente avergonzada.

:- ¡Lo siento!- dijo con una voz tierna

:- ¡¿Por qué estás pidiendo disculpas?! Está dolorida por haber follado tanto. Eso es bueno. Me ha gustado. Me encanto.

Sonrió  y bajó la cabeza todavía avergonzada. Toqué su barbilla para levantar su cara y besé la esquina de su boca.

:- ¡Gracias por el mejor cumpleaños! Has sido increíble. En la cena de las piedras y en la cama. Me siento en las nubes. Es como si hubiera tenido mi primera vez a tu lado. ¡Me siento la chica más querida del mundo!- dije

Becky levantó la cabeza sonriendo hasta el punto de rasgarse la cara y con los ojos mareados. Lo que me motivó aún más a seguir haciéndola sonreír.

:- No sé qué hice para merecer todo esto de tu parte, pero me encanta sentirme así. Me encanta tenerte solo para mí y ser solo tuya. Estoy hablando con sinceridad. ¡No es una broma!- dije

Sequé la esquina de sus ojos que corrían lágrimas. Sé que son de felicidad, pero aun así, verla llorar por cualquier cosa me dolía el corazón.

:- Escuchar esto de ti Sam es como si estuviera soñando. Yo... - dijo y Bajó la cabeza para secarse los ojos y chisporrear.

:- No hace falta decir nada, déjame hablar. Ya que es el momento, necesito hablar... - La sostuve de su mano y miré sus ojos para soltar todo lo que tenia atascado.

Mi corazón se disparo al extremo y mis manos temblaban. Sentí que las puntas de mis dedos se congelaban y mi respiración fallaba varias veces.

Abrir mi corazón a alguien era un martirio. Intercambié las palabras, no podía expresarme tan bien y terminé viendo todo turbio por temblar tanto.

:-Sami?!

Me he dispersado de mis pensamientos al verla enfrentarme confundida. Suspiré fuertemente y solté sus manos. Tomé sus labios para mí, dándole un beso urgente y con el intento de pasar todo lo que siento a través de un toque.

:- Me vuelves loca en todos los sentidos, Becky. No lo sé... ¡Maldita sea! No sé lo que estoy haciendo con nosotras, conmigo. ¿Dónde se detendrá esto cuando todo se derrumbe?- dije

:- ¿De qué estás hablando Sam?

:- No sé cómo será mi vida a partir de ahora si ya no te tengo a mi lado Becky-

¡¿Porque dices eso?!- preguntó

El sentimiento de culpa y miedo estaban moviendo mi cabeza. Quería decir todo lo que sentía, pero lo que más quería hacer era decir toda la verdad.

Tiré algunas mechas hacia atrás, sentí que mi barriga burbujeaba y un fuerte dolor salía a la relición. Becky me miraba en duda mientras me tocaba la cara con la mano derecha.

:- Lo siento por todo- dije

:- ¡Oye! Ya hemos hablado de eso. Todo esto se ha ido, no te culpes por nada- dijo

Miré por encima de sus hombros la ventana y algunas personas salían del motel. Sí, todavía estábamos en el auto. Como dije, estuvimos un tiempo saliendo.

Me apoyé en su frente y cerré los ojos. Me mordí el labio y después de una gran lucha contra mi corazón y mi mente, abrí los ojos para enfrentarme a su ojos marrones.

:- ¡Te amo, Becky!

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