BITCH || FREENBECKY

La boda.

BECKY

:- Becky, deja de caminar de un lado a otro y deja que tu hermana te maquille. - La voz de mi madre resonaba en mi mente mientras yo caminaba de un lado a otro en la enorme habitación. Estábamos en mi antigua casa, donde mi madre, Yuki y Jenna me preparaban para la boda que tendría lugar en unas horas.

¡Dios mío! Dentro de unas horas.

:- Estoy nerviosa. Emma acaba de llamar diciendo que Freen aún no ha aparecido para arreglarse. Ha pasado algo.

:-Becky, Emma debe estar bromeando para ponerte más nerviosa. Quédate tranquila, piensa que pronto estará en la iglesia a tu lado. - La voz tranquila de Jenna me hizo respirar profundamente y tranquilizar mi cuerpo totalmente tembloroso.

:- Becbec, siéntate aquí pronto, yo también necesito arreglarme. - Yuki habló impaciente, haciendo que -me mirara su cabello. Di amplios pasos hasta la silla en medio de la habitación y relajé mis hombros, dejándola comenzar su sesión de maquillaje.

Mi corazón parecía rasgarme el pecho de tanto que latía, mis manos sonaban tanto mientras mi mente trabajaba con cosas como:

"Freen se arrepintió. Ya no quiere casarse conmigo. Se fue y me dejó para siempre."

:- ¿De verdad crees que Freen renunciaría a casarse después de haber pagado tanto dinero, Becky?- dijo Jenna

:- No sé... He visto que suceden tantas cosas en las bodas, no dudo de nada- dije

:- Tal vez se dio cuenta de lo aburrida que eres y corrió a los brazos de un hombre curado, moreno y hermoso.

:- Yuki, te voy a golpear- Amenazé.

:- Yuki, deja de prestar atención a tu hermana.—Mi madre cortó rápidamente esa broma de mal gusto. Estaba claro lo nerviosa que estaba. Mis pies no paraban de golpear el suelo, además de mi respiración desaltada. Parecía que faltaba aire en mis pulmones. - Me arreglaré, cuando vuelva, espero verla con el vestido y lista para entrar en la iglesia.

:- No entraré antes de saber si Freen ya ha aparecido- dije

:- Jenna ya no te dijo que era una broma?! Tienes 29 años Becky, deja de hacer una rabieta como una niña-

:- No es una rabieta, mamá. Estoy preocupada. ¿Y si alguien se la llevó? ¿O incluso la secuestró para que no se casarse conmigo?-

:- ¿Quién secuestraría a Freen? ¿Los extraterrestres? - Miré a mi madre rodar los ojos tediosamente y volver a sus talones para subir las escaleras. Jenna, que estaba sentada en el brazo del sofá, se rió descontroladamente con mi hermana. Jenna estaba maravillosa dentro de ese vestido negro hasta los pies. Su cabello estaba suelto haciendo ligeros rizos en las puntas. Ni siquiera parecía esa niña torpe que dejaba el cabello lleno de lazos. Jenna se había convertido en una mujer extremadamente atractiva y decidida en su vida. Bueno, aparte de la parte de sus bromas innecesarias, por supuesto.

:- Listo, Becky. Tu vestido está encima del sofá.

Me levanté en un golpe y caminé hasta el espejo colgado en la pared. Mis labios estaban en el color que tanto me encantaba. Un lápiz labial y un maquillaje fuerte, resaltando cada parte de mi cara. Preferí dejar mi cabello en el rizado natural cayendo sobre mis hombros. Al verlo tiraría de mi flequillo hacia atrás, dejando un peinado encantador. Idea de mi madre.

Dispersé mis pensamientos al tirar del enorme paño negro que escondía mi vestido blanco con algunas piedras brillantes. Caminé cautelosamente hasta el baño del pasillo y comencé a quitarme la bata para vestirme. Quien me ayudó a elegir fue Jenna. Primero vio uno con algunos lazos y quería llevarlo, pero eso era muy cursi. Seguro que todos se reirían de mi cara cuando entrara en la iglesia. El segundo vestido era amarillo, el mismo dijo que sería diferente, ¡pero por Dios! Eso era horrible y asustaría a todos. Al final, encontramos este y las dos estamos de acuerdo en que sería lo ideal.