BITCH || FREENBECKY

Ouch! Mis sentimientos

FREEN

:- ¿Qué vamos a hacer hoy? - Observé a Nam tirarse en mi cama. Me senté al lado mientras terminaba de beber mi jugo estúpidamente helado.

:- Tú no lo sé, pero hoy voy a volver a la avenida.

:- ¿En serio? ¿Segura?- preguntó

:- Sí. Necesito distraer mi mente.

:- ¿Y Becky?

:- ¿Qué con ella?

:- ¿No se va a enojar?

:- ¿Por qué se enojaría? No soy nada de ella.

:- Ok. Ahora cuéntame cómo fue cenar con sus padres. Se sentó cruzando las piernas y me miró emocionada.

:- Fue bueno. Son maravillosos. Creo que le agrado a su madre.

:- Ya te dije que ese día que te conoció estaba triste por su marido.

:- Lo sé, pero... De todos modos. - Sacudí la cabeza dispersando mis pensamientos negativos. Volví a degustar mi jugo de mandarina.

:- ¿Cómo reaccionó Becky a tu nuevo look?

:- Ella dijo que estaba hermosa. - Sonreí como un idiota. Y Nam me observó con una sonrisa tonta también.

:- Hacía tiempo que no te veía sonreír así.

:- ¡¿Sonreír cómo?! No, no. Fue sólo porque me acordé. No. ¡Realmente no! -Sabía a dónde quería llegar Nam con eso, pero no. En realidad no. Ella se equivoca.

:- Está bien. No he dicho nada.

:- Me gusta así. - Me levanté en un golpe, deposité el vaso en la mesa del ordenador y cogí mi celular estaba sonando en la cocina.

:- ¿Apenas has vuelto a la avenida y ya tienes un cliente perturbando?- dijo Nam

Estaba mirando ese número desconocido iluminar la pantalla de mi celular.

:- ¿Hola? - Apoyé mi mano en mi cintura y me di la espalda a Nam. La bajita debería ser más curiosa que yo.

:- Sam?! - Una voz ronca sonó en el otro lado. Si me llamó así, debe ser cliente.

:- ¿Sí? - Escuché a la persona suspirar varias veces y finalmente, la voz apareció.

:- Soy yo, Emma.

:- ¿Cómo conseguiste mi número?

:- Jenna lo tenía en la memoria. Larga historia.

:- ¿Por qué me estás llamando?

:- Necesito tu ayuda urgentemente. - Empezó a llorar en el otro lado. Abrí los ojos y traté de escucharla atentamente.

:- ¿Qué pasó?

:- Becky está a punto de lanzarse desde un puente. Ella no dijo dónde estaba. Intenté llamarla y le pedí que no hiciera esta locura, pero ella dijo que solo escucharía si tu la llamabas. -Pasteé un par de veces tratando de entender. Miré a Nam que mantenía la cabeza cerca de la mía tratando de escuchar la conversación.

:- ¡¿Pero cómo?! ¿Por qué lo está haciendo?

:- Ella lo está haciendo por ti, Sam.

:- ¡¿Por mí?!

:- ¿Qué? - Nam preguntó con curiosidad.

:- Te pasaré su número y tú intentas convencerla de que vaya a tu casa, ¿de acuerdo? No digas nada, solo haz que vaya directamente a tu casa.