107. NO TAN FUERTE

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Cuando Connor llegó a su altura lo abrazó y palmeó en la espalda.

—No tan fuerte —dijo con una sonrisa, dolorido a pesar de todo.

—Mis esperanzas se iban apagando con el paso de los días —admitió el laird que abrazó también a Roberta.

Brian e Ian, que habían llegado a la misma vez, sonreían embobados al ver a su señora.

—Nos alegramos des que os encontréis a salvo, milady —intervino Ian hablando en nombre de él y de su amigo—. lamentamos no haber podido evitar que os llevaran.

Roberta se acercó a ellos y les dio un breve abrazo que los guerreros no esperaban y que los dejó sorprendidos y cohibidos.

—Sois unos guerreros leales y valientes —los elogió, con una sonrisa. Janick se daba cuenta de que su mujer sentía un gran cariño por estos jóvenes guerreros—. Me dio mucha pena tener que dejaros en el claro del bosque sin saber qué había sido de vosotros. Me alegro de que os encontréis bien.

—Bueno, en realidad yo escapé con un flecha en el hombro, pero Brian salió peor parado... —iba relatando Ian mientras escoltaban a la dama.

El trio se había adelantado dejándolo a solas con su laird.

—Esta vez ha estado cerca, amigo. Mi corazón se detuvo.

Solo de pensarlo se le erizaba la piel, pero por fin estaban en casa y, teniendo modo de volver cuando quisiera, sabía que Roberta estaría con él. Crearían un hogar.

* * *

Esa noche, a pesar de que se sentía agotado, relataba a los más cercanos todo lo ocurrido. Cómo había dado muerte al viejo McTavish y todo lo sucedido a continuación.

Al fondo del salón se oyó un murmullo y enseguida vieron llegar a la comitiva que venía desde las tierras de los McTavish: Malcolm, Cameron, Niall con los otros guerreros MacCunn, además de los Sinclair y los Campbell.

Se atendió adecuadamente a los guerreros de los otros clanes, que al día siguiente partirían a sus hogares.

Connor se puso en pie y llamó la atención de los presentes.

—Si no me equivoco, todos los MacCunn que estaban fuera, por fin regresaron a casa, sanos y salvos. —Hizo un inciso y continuó con una sonrisa—. Eso me hará dormir en paz esta noche .—Una carcajada general vino a celebrar estas ultimas palabras—. Como ya sabéis, hemos pasado por malos momentos pero finalmente todo se ha resuelto de la mejor manera.

Miró a Janick y a Roberta, y levantó la copa hacia la pareja.

—Brindemos por el regreso de Janick al clan. —Los presentes jalearon con entusiasmo, Connor levantó la mano y los hizo callar un instante—. Y agradezcamos a todos los guerreros que acudieron prestos a ayudar. —Esta vez miró a los Sinclair y a los Campbell. Por su parte, tanto Brendan Sinclair, como sus hombres y los demás guerreros que habían llegado del clan Campbell, asintieron en señal de reconocimiento y respeto.

Todos levantaron sus copas y brindaron acompañando el gesto con vítores y aplausos.

Janick se puso en pie con su copa también en alto. No era muy dado a discursos multitudinarios, pero aún había algo más que añadir.

—Brindo por Gavin McTavish y sus hombres que tan buen servicio nos han prestado a pesar de las circunstancias.

Todos secundaron el brindis con entusiasmo.

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