27. SIN VÍSCERAS, NI HUESOS

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Lo que peor llevaba era la comida, acostumbrada como estaba a consumir la carne preparada para comer, sin vísceras, ni huesos, y sin piel.

Lo del agua corriente también era un gran inconveniente, junto con el agua caliente saliendo directamente del grifo.

Y el idioma, esa era la parte más frustrante ya que había solo un puñado de aldeanos que sabían chapurrear un poco de inglés.

Y vivir en esta época resultaba complicado para una mujer. Liam habia hablado con la cocinera y la había colocado allí, desplumando aves, participando en la elaboración de alimentos, y en la limpieza del castillo.

Al final del día caía destrozada en el catre, allí donde Caitriona.

Pero pasadas unas semanas, aprendió a escaquearse y se iba con las chicas, a intentar aprender un poco de gaélico.

Pasaba las noches pensando en los asquerosos MacKenzie y en el anillo Bradach. Ansiaba recuperarlo para poder volver a su tiempo, si es que esa alhaja era la llave para regresar.

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