Victoria estaba abrumada por la presión de la propuesta de matrimonio de William, sintiéndose atrapada en una situación que no quería. A pesar de sus objeciones internas, la presión de los invitados la llevó a aceptar. Aarón, observando desde lejos, estaba visiblemente molesto. Cuando la fiesta continuó, Victoria sintió un alivio momentáneo al agradecer a Dafne por intervenir y distraer la atención. Sin embargo, su furia se desató cuando confrontó a William en privado, expresando su descontento por haber ignorado sus deseos.
- ¿Qué diablos te pasó por la cabeza al hacer eso? - le espetó Victoria, su voz temblorosa por la ira reprimida - Te dije claramente que no estaba lista para esto, pero pareciera que eso no importó en absoluto para ti. ¡No puedo creer que hayas hecho esto! ¿Cómo te atreves a ignorar completamente mis sentimientos? ¡Te he dicho una y otra vez que no estoy lista para esto, pero tú solo piensas en ti mismo!
William, con una mezcla de frustración y determinación, se defiende
- Lo siento, Victoria, pero no puedes esperar que me quede de brazos cruzados mientras te quedas paralizada por el miedo. Estamos destinados a estar juntos, y haré lo que sea necesario para que eso suceda.
Victoria, casi temblando por la rabia, avanza hacia William:
- ¡No estamos destinados a nada si no podemos respetar los deseos del otro! ¿Acaso no te importa en absoluto cómo me siento? ¿O estás tan obsesionado con la idea de casarte que estás dispuesto a pisotear cualquier cosa que se interponga en tu camino?"
William, sintiendo la tensión en el aire, intenta calmarla:
- Por supuesto que me importa cómo te sientes, Victoria. Pero a veces, las decisiones difíciles deben tomarse para nuestro propio bien. Creo que esto es lo mejor para ambos, incluso si no lo ves ahora."
Victoria, incapaz de contener su ira, levanta la voz aún más:
- ¡Lo mejor para ambos sería que respetaras mis sentimientos y no intentaras imponer tus propias ideas sobre mí! No puedes simplemente decidir por los dos, William, ¡y estoy harta de que lo intentes!
La tensión entre ellos se hace palpable mientras cada palabra pronunciada es como un golpe en el estómago. Sus emociones chocan violentamente, dejando una brecha entre ellos que parece insuperable.
- ¡No puedo creer que me hayas hecho esto! ¡No puedo creer que hayas ignorado por completo mis sentimientos!
- Lo siento, nena, pero creí que era lo correcto. Solo quiero lo mejor para nosotros.
- Lo mejor para nosotros sería que me escucharas, que me respetaras.
En medio de la tensión, la voz autoritaria de James, el padre de Victoria, irrumpe en la conversación.
- ¿Qué está pasando aquí, hija?
- Padre, tú los sabías verdad – él se queda en silencio – ¡contesta! – grita
- De que hablas hija
- Papá, por favor, no trates de negarlo. Sé que estabas involucrado en esto desde el principio. ¿Cómo pudiste hacerme esto?
La revelación de que James, el padre de Victoria, ha sido parte del plan de William para proponer matrimonio desata una tormenta de emociones aún más intensa en la conversación.
Victoria, con los ojos llenos de incredulidad y traición, se dirige a su padre con una mezcla de furia y dolor.
- ¡No puedo creer que estuvieras involucrado en esto, papá! ¿Cómo pudiste traicionarme de esta manera?
James, sintiéndose acorralado, pero decidido a justificar sus acciones, trata de explicarse.
- Victoria, cariño, lo hice por el bien de la empresa, por el bien de nuestras familias. No podíamos permitirnos más pérdidas financieras, y creí que esta era la mejor solución. – murmuro

ESTÁS LEYENDO
CASADOS POR ACCIDENTE
RandomLa vida de Victoria Somerset y Aarón Özdemir se entrelaza en una trama llena de pasión, intriga y giros inesperados. Victoria, una belleza deslumbrante y líder de las chicas populares en la universidad, y Aaron, un chico guapo y adinerado recién lle...