Aarón levantó la vista, claramente molesto.
- ¡Carajo, Carlos! No tengo ningún problema, ¿vale? —respondió con un tono irritado.
- Ya, ya, cálmate —dijo, levantando las manos en señal de paz
- Por Dios, ¿acaso todos se pusieron de acuerdo para molestarte hoy? - resopló, dejando los papeles a un lado.
- Oye, amigo, ¿y cómo es eso de que te dejó con las ganas esta mañana? —preguntó, con una cara picarona.
Aarón soltó un suspiro profundo.
- Pues sí, fue una tortura completa para mí. Pero esta noche... la daré sin piedad alguna—dijo, sus ojos brillando con anticipación.
Carlos se río, disfrutando del malestar de su amigo.
- Ay, amigo, ya estás enamorado de tu esposa, ¿verdad? —dijo, dándole un codazo.
Aarón sonrió, mirando a Carlos con una expresión suave.
- No te imaginas cuánto. Ella me tiene en sus manos —confesó, sintiendo un calor en el pecho al pensar en su esposa.
Carlos levantó una ceja, sorprendido.
- Pero tú dijiste que nunca te enamorarías de nadie, ¿lo recuerdas? —le recordó, disfrutando de la ironía de la situación.
Aarón suspiró, sacudiendo la cabeza.
- Pues no sé cómo explicarlo, Carlos. Mejor no digas nada y disfruta de mi desgracia —dijo con una sonrisa irónica.
- Bueno, amigo, solo te diré que tu esposa está muy buena —dijo, dándole una palmadita en la espalda.
Aarón frunció el ceño, claramente celoso.
- Eh, eh, eh. Ella es solo mía, ¿vale? —advirtió, su tono firme.
Carlos levantó las manos, riéndose.
- No puedo creer que te pongas celoso por simples comentarios. ¿De verdad estoy hablando con Aarón Özdemir? —dijo, aun riendo.
- Obvio. Y mejor deja de imaginarte cosas con mi mujer, ¿entiendes? —dijo, cruzándose de brazos.
- Está bien, no te enojes. ¿Quién lo diría? Aarón Özdemir, celoso —dijo
Aarón golpeó suavemente el escritorio, frustrado.
- Esa mujer me tiene en sus manos. Y de solo pensar en otros hombres que la desvisten con la mirada, me hierve la sangre —dijo, apretando los dientes.
Carlos sacudió la cabeza, divertido.
- Ya te perdimos, amigo. Estás completamente atrapado —dijo, riéndose.
Aarón se levantó, listo para irse.
- Creo que sí. Bueno, amigo, tengo que ver a mi esposa —dijo, despidiéndose
Carlos le miró con una sonrisa burlona.
- Anda, ve. ¡Y salúdala de mi parte! —gritó mientras Aarón salía de la oficina, haciendo que Aarón girara la cabeza con una mirada asesina.
Carlos se rio a carcajadas, disfrutando de la reacción de su amigo.
En la mansión Wilson, la atmósfera estaba cargada de tensión y furia contenida. William caminaba de un lado a otro en su lujoso estudio, sus pensamientos un torbellino de rabia y frustración. Los intentos de separar a Aarón y Victoria habían fracasado rotundamente. No solo no había logrado alejarlos, sino que ahora parecían más unidos que nunca. Esto lo llenaba de una ira casi incontrolable.
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CASADOS POR ACCIDENTE
DiversosLa vida de Victoria Somerset y Aarón Özdemir se entrelaza en una trama llena de pasión, intriga y giros inesperados. Victoria, una belleza deslumbrante y líder de las chicas populares en la universidad, y Aaron, un chico guapo y adinerado recién lle...