CAP. 65

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- Bueno, Isla, creo que ya es hora de que tú te vayas a tu casa y yo a la mía —dice Aarón, mirando el reloj.

- ¿Por qué? —pregunta Isla, tratando de coquetear con él.

- Ya es de noche. —responde Aarón, con tono preocupado.

Isla finge tristeza, bajando la cabeza y jugando con sus dedos.

- ¿Qué sucedes?

- Es que... como ya es de noche, me da miedo irme solita a casa. ¿Me acompañas? —dice Isla, levantando la vista con ojos suplicantes.

Aarón duda, su mente luchando entre la preocupación y la culpa.

- Por favor, Aarón —insiste Isla, acercándose más a él— Por favor...

- Está bien, vamos —acepta Aarón finalmente, suspirando.

- Gracias. —dice Isla, sonriendo triunfante mientras se toma de su brazo.

Max sale del hospital, buscando desesperadamente a Dafne. La culpa y el remordimiento lo carcomen por dentro.

- ¿Dónde estás? —se dice a sí mismo, su voz temblando— Soy un idiota, ¿cómo pude gritarle de esa manera? Ella no tiene la culpa...

Max camina por las calles, su mirada rastreando cada rincón hasta que finalmente la ve. Dafne está cerca de un restaurante, perdida en sus pensamientos.

- Tal vez Max tenga razón. —murmura Dafne, con la mirada fija en el suelo— No sé nada, no sé cómo se siente...

De repente, escucha la voz familiar de Max.

- ¡Dafne! —grita Max, corriendo hacia ella.

Dafne se da vuelta y lo ve, su expresión mezcla de sorpresa y tristeza. Max llega hasta ella y la abraza fuertemente

- Perdón, lo siento —dice Max, con la voz quebrada— De verdad, lo siento. No fue mi intención gritarte, pero por favor entiéndeme. Ver a mi bonita en la cama, muy mal, y saber que es culpa de tu hermano me hierve la sangre. Pero sé que tú no tienes la culpa de lo que hace tu hermano. De veras, lo siento, perdón.

- Max... —susurra Dafne, con los ojos llenos de lágrimas— No tengo nada que perdonarte. Te entiendo. Sé que estás preocupado por Victoria y verla así en esas condiciones te lastima.

- Ella es lo más importante que tengo —dice Max, su voz temblando— Y si le pasa algo, no sé qué haría sin ella.

- Cálmate, todo estará bien. Victoria es fuerte —responde Dafne, acariciando su mejilla—

- Gracias por estar aquí conmigo.

- No tienes de qué. Además, la que está aquí es mi cuñada y la quiero mucho —dice, esbozando una débil sonrisa.

- Vamos, volvamos al hospital. Los chicos nos están esperando. —dice.

- Está bien —responde, tomándola de la mano mientras regresan juntos.

Aarón acompaña a Isla hasta la puerta de su casa. La noche es silenciosa, solo interrumpida por el sonido lejano del tráfico.

- Listo, aquí estamos. —dice Aarón, tratando de sonar indiferente.

- Gracias. —dice Isla, coqueteándole— ¿No quieres pasar?

- No, gracias. Tengo cosas que hacer. —responde Aarón, evadiendo su mirada.

- Está bien. —dice Isla, decepcionada— Adiós.

Aarón se despide y se sube a su coche, sus pensamientos vagando entre la culpa por lo sucedido con Victoria y la confusión por los sentimientos hacia Isla.

CASADOS POR ACCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora