CASADOS POR ACCIDENTE

CAP. 69

En la Mansión Özdemir

- ¿Ya te vas, hija? —preguntó Miray, entrando en la sala donde Dafne estaba a punto de salir.

- Sí, madre —respondió Dafne, tratando de sonar despreocupada.

- Hija — deteniéndola— Diana me dijo que vino tu novio esta mañana. ¿Qué quería?

- Nada, madre. Solo quería pedirme permiso para algo en la compañía —dijo Dafne, tratando de sonar convincente.

- ¿Segura? —preguntó, sospechando.

- Sí, madre —dijo, intentando cambiar de tema— Bueno, madre, yo ahora me voy. Nos vemos en el almuerzo.

- Dafne, vas a tener que almorzar sola —dijo, deteniéndola nuevamente.

- ¿Cómo? —preguntó, sorprendida.

- Tu padre tiene un almuerzo con unos socios y yo tengo una reunión con Victoria —explicó.

- A veces pienso que quieres más a Victoria que a mí —dijo, fingiendo indignación antes de soltar una carcajada.

- No digas eso. Tú eres mi adorada hija —respondió, sonriendo— A Victoria la quiero como a una hija más.

- Sí, lo sé, madre, no te preocupes —dijo, sonriendo suavemente.

- Hay algo que me preocupa —dijo, cambiando el tono a uno más serio— Últimamente he visto dolor y sufrimiento en los ojos de Victoria. Tú sabes lo que está pasando, ¿verdad?

En sus pensamientos, Dafne se debatía.

- "¿Cómo le digo que su adorado hijo empezó a maltratar a su esposa desde que llegó su amiga Isla? ¿Y qué él fue el culpable de que la muñeca de Victoria esté enyesada? Diosito, perdóname, pero voy a tener que mentir" —pensó.

- Claro que no, madre. No sé nada —dijo, tratando de sonar convincente.

- Está bien, hija. Pero cualquier cosa que sepas, por favor, dímelo —dijo, preocupada.

- Sí, madre, bueno, yo ya me voy. Se me hace tarde —dijo, saliendo rápidamente.

Mientras caminaba hacia su coche, Dafne sentía un nudo en el estómago. Sabía que estaba encubriendo la verdad, pero no veía otra opción en ese momento. Miray, por su parte, se quedó pensativa, observando cómo su hija se alejaba. Algo en su corazón le decía que las cosas no estaban bien, y estaba decidida a descubrir la verdad

En la finca, Aarón está observando La habitación a lo cual Victoria se había prohibido ingresar, Juana se acercó, nerviosa.

- Joven Aarón, su secretaria está en la línea, dice que es urgente —dijo Juana, extendiéndole el teléfono.

Aarón tomó el teléfono y se dirigió a su despacho improvisado en la finca.

- ¿Qué sucede, Ana? —preguntó Aarón, preocupado.

- Señor Aarón, tenemos un problema grave en Özdemir Legal. Hay una disputa seria entre los abogados y los nuevos mandos que usted implementó la semana pasada —respondió Ana, su tono de voz reflejaba la urgencia.

- ¿Qué tipo de disputa? —preguntó Aarón, frunciendo el ceño.

- Los abogados están en desacuerdo con las nuevas directrices sobre la forma en que se deben manejar ciertos casos. Hay rumores de que algunos están considerando renunciar en masa si no se resuelve pronto —explicó.

Aarón se pasó una mano por el cabello, frustrado. Recordó haber implementado una política más estricta para agilizar los procesos legales y reducir los tiempos de resolución, pero aparentemente no había sido bien recibida.