CAP.40

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Victoria estaba al borde del colapso. Su mente gritaba, "¿Qué hago? ¿Qué hago?", mientras trataba de mantener la compostura. Respiró hondo y, tratando de sonar más tranquila de lo que se sentía, dijo:

- Dime, Aarón.

Aarón la miró fijamente, su preocupación evidente.

- ¿Podemos hablar? —preguntó con voz suave.

Victoria sintió cómo su corazón se aceleraba. No quería enfrentar la conversación, así que respondió rápidamente:

- Lo siento, no tengo tiempo. Tengo muchas cosas que hacer.

Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y prácticamente corrió hacia la casa. Entró al despacho y se dejó caer en una silla, su mente llena de pensamientos caóticos. Sabía que Aron iba a decirle que lo de anoche no significaba nada, que solo había sido un impulso. Solo sexo. Temía escuchar esas palabras que destrozarían su alma. "No te ilusiones, solo fue una noche de pasión. Yo jamás estaría con alguien como tú," imaginaba que él diría. La sola idea le rompía el corazón.

Lágrimas comenzaron a correr por su rostro. Se preguntaba si tal vez lo mejor sería olvidarse de él, aunque sabía que sería imposible evitarlo por completo. Se hundió en la silla, sollozando silenciosamente.

Mientras tanto, Aarón permanecía fuera del despacho, viendo cómo Victoria se alejaba con los ojos cristalizados por las lágrimas. Se preguntaba qué era lo que le pasaba y por qué lo evitaba.

- ¿Por qué me evita? —se preguntaba en voz baja— Y más con lo que pasó anoche. No lo entiendo.

Después de un rato, decidió subir a la habitación. No la encontró allí y comenzó a buscarla por toda la casa. Finalmente, la vio en el despacho, dormida en el sofá. Su expresión de paz al dormir contrastaba con la angustia que había visto en sus ojos antes.

Aarón se acercó, la levantó con cuidado y la llevó a su habitación. La acomodó en la cama y se acostó a su lado. La abrazó, sintiendo la necesidad de protegerla, y le dio un suave beso de buenas noches.

Victoria, aunque dormida, pareció relajarse ligeramente en su abrazo, y Aarón susurró

- Todo estará bien, te lo prometo.

Se quedaron así, juntos, mientras la noche avanzaba, con Aron dispuesto a demostrarle que lo que había entre ellos era mucho más que un simple impulso.

Victoria se despertó y se dio cuenta de que estaba en la cama de la habitación. Se preguntó, confundida

- "¿Cómo llegué aquí? Estoy segura de que ayer estaba en el despacho."

Con la mente en un torbellino, se levantó, se bañó y se cambió de ropa. Al bajar, vio a Aarón en la cocina preparando el desayuno.

Mientras tanto, Aarón había despertado temprano y la había visto a su lado, dormida. Pensó para sí

- "De verdad, ella es un ángel cuando duerme, pero después es una salvaje."

Sonrió ante la idea. Se levantó de la cama con mucho cuidado para no despertarla, se duchó y se cambió. Antes de bajar a la cocina, le dejó un beso húmedo en los labios y luego descendió.

Aarón había planeado llevarle el desayuno a la cama. Estaba a punto de terminar de prepararlo cuando la vio aparecer. Sonrió, pero en su mente se dijo

- "joder, arruino mis planes de llevarle el desayuno a la cama."

- Buenos días, amor —dijo con una sonrisa— Iba a llevarte el desayuno a la cama, pero veo que no se va a poder porque ya te levantaste. Bueno, entonces desayunaremos en la mesa. Debes de tener mucha hambre.

CASADOS POR ACCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora