CASADOS POR ACCIDENTE

CAP. 22

- Ahhh, así nena – dice entre gemidos – córrete para mí

- Amor – dice Sandra entre jadeos – más fuerte – William le penetra más fuerte, en un momento la agarra de la cintura para moverla a otro lado, así lo hace, le besa el cuello

- ¡Sandra por dios! Me encantas – dice, estaba a punto de besarla de nuevo, pero en un movimiento William ve a Victoria en la puerta y rápidamente se separa de Sandra, quien lo mira sorprendida. Los ojos de Victoria arden con furia mientras enfrenta a William.

- Victoria amor ¿Qué haces aquí? – se separa rápidamente de Sandra

Victoria lo interrumpe con voz temblorosa, sus ojos llenos de lágrimas y su corazón destrozado por la traición.

- No me llames amor.

- Amor, déjame explicarte, no es lo que tú crees. - se excusa

Ella se aparta de él antes de que pueda acercarse, su cuerpo temblando por la intensidad de sus emociones. William intenta acercarse, desesperado por explicarse, pero Victoria lo detiene con una mirada llena de dolor y desprecio.

- Explícame por favor, que me vas a explicar

- No es lo que parece, amor, en serio – murmura

Las lágrimas caen libremente por las mejillas de Victoria mientras lucha por mantener la compostura frente a la persona que una vez amó con todo su ser. Sus palabras salen entrecortadas por sollozos ahogados.

- Ya vi todo, William. No hay nada que explicar. Estoy harta de tus mentiras. Por mí, puedes quedarte con esta puta que tienes como amante

Con cada palabra, su voz se quiebra un poco más, su dolor se convierte en ira y su ira se transforma en desesperación. Sin una palabra más, Victoria le da una cachetada tan fuerte que hace que William retroceda y caiga al suelo, pero el dolor en su corazón es mucho más profundo que cualquier golpe físico.

- No vuelvas a buscarme en tu vida. Terminamos definitivamente. Y si fuera tú, me cuidaría.

Con lágrimas cayendo sin control y su corazón hecho pedazos, Victoria se aleja de William, sintiendo cómo se desmorona todo a su alrededor. Cada paso es una lucha contra el dolor y la angustia que la consumen por dentro.

- William Wilson, no te me acerques o tendrás graves consecuencias. Ya sabes perfectamente de lo que soy capaz.

William agarra a Victoria con firmeza, su rostro lleno de angustia y determinación mientras intenta hablar con ella.

- Amor, espera...

Pero Victoria se retuerce en su agarre, sus ojos llenos de rabia y desprecio.

- ¡Suéltame!

- ¡No hasta que me escuches!

William insiste, desesperado por explicarse.

- Por favor amor, Necesito que me escuches – súplica

Victoria lo interrumpe con un desdén palpable en su voz.

- ¿Escucharte qué, William? ¿Qué te revuelques con cualquiera? ¡Sabes qué, pensé en venir a pedirte perdón por lo de la fiesta! Me sentía culpable por lo que pasó, pero no. ¡Soy una estúpida! ¡No vuelvas a llamarme amor! ¡Que me sueltes! ¡Que me sueltes, carajo!

Con un movimiento rápido, Victoria le da otra cachetada, su furia desbordándose en cada golpe.

- Como te dije, no vuelvas a buscarme en tu vida. Tú y yo terminamos. Y si fuera tú, me cambiaría de inmediato. Eres... eres un asco de persona