El peso de sus palabras llenó la habitación, envolviendo a Aarón en un silencio abrumador. Victoria se sentía vulnerable, pero decidida, dispuesta a tomar las riendas de su vida y poner fin al tormento que había soportado durante demasiado tiempo.
El corazón de Aarón se contrajo ante la revelación de Victoria. Sus propias acciones y decisiones se le presentaron como un peso insoportable, aplastándolo bajo la culpa y el remordimiento. Nunca había imaginado que su amor por Victoria pudiera causarle tanto daño.
- Victoria... —murmuró, incapaz de articular palabras ante la magnitud de su error.
Victoria lo miró con ojos llenos de dolor y decepción, pero también con una chispa de determinación. Había llegado el momento de poner fin al ciclo de dolor y sufrimiento, de tomar las riendas de su propia felicidad, aunque eso significara enfrentarse a quien una vez creyó que era su amor.
El silencio que siguió fue ensordecedor, cada segundo cargado de tensión y resignación. Aarón sabía que las palabras de Victoria habían cambiado todo, que ya no había vuelta atrás. Pero también sabía que, de alguna manera, debía encontrar la forma de redimirse, de demostrarle a Victoria que era digno de su perdón y su amor.
El destino de su relación pendía de un hilo, pero Aarón estaba decidido a luchar por lo que más importaba en su vida, el amor de Victoria.
- No, no, no, yo no quiero que las cosas sean así —dijo Aarón, furioso— No podemos seguir viviendo esta farsa. Cuando no lo es
Victoria, con lágrimas en los ojos y el corazón hecho pedazos, simplemente respondió:
- Si lo es, Aarón —Se giró para caminar hacia la puerta.
- Perdón, lo siento —Aarón trató de alcanzarla, la abrazó por detrás— Por favor, no hagas esto, te lo pido.
Victoria siguió ignorando sus palabras, aunque su corazón se paralizó al escuchar el ruego de Aarón.
- Por favor, amor, no lo hagas. No quiero estar así contigo —imploró Aarón, con la voz quebrada.
Victoria sentía unas ganas inmensas de abrazarlo y besarlo, pero se contuvo. No podía seguir así, no después de todo el dolor que él le había causado.
- Lo siento, tú decidiste que esto fuera así —dijo, soltándose del abrazo de Aarón. Caminó decidida hacia una de las habitaciones y cerró la puerta detrás de ella.
- ¡No! ¡Esto no! ¡No voy a aceptarlo! —gritó Aarón, enojado, golpeando la pared con el puño— ¡No voy a aceptarlo!
Victoria, tras la puerta, escuchaba los gritos de Aarón. Se sentó en la cama, abrazando sus rodillas, llorando en silencio. No podía seguir así, no con él.
En la mansión Özdemir, Diana, la empleada, tocó la puerta de la habitación de Dafne.
- Señorita Dafne —llamó suavemente. Dafne se despertó, adormilada.
- Dime, Diana. ¿Qué pasa? —preguntó, levantándose lentamente — no crees que es muy temprano para levantarme, son las cinco y media de la mañana —dijo, mirando el reloj—
- Pero su novio vino a verla.
- ¿Qué? — abrió los ojos como platos— ¿Isaac está aquí?
- Sí, señorita —confirmó— Está esperando en la sala.
- ¿Qué hace aquí a estas horas de la madrugada? —preguntó, molesta.
- No lo sé, señorita. Solo me dijo que quería verla.
- Está bien, dígale que bajo enseguida —dijo, suspirando.
Mientras se cambiaba y se arreglaba rápidamente, Dafne no podía dejar de preguntarse qué motivo tenía Isaac para aparecerse tan temprano. Bajó las escaleras y lo encontró esperándola en la sala.

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CASADOS POR ACCIDENTE
RandomLa vida de Victoria Somerset y Aarón Özdemir se entrelaza en una trama llena de pasión, intriga y giros inesperados. Victoria, una belleza deslumbrante y líder de las chicas populares en la universidad, y Aaron, un chico guapo y adinerado recién lle...