- Aarón, lo único que quiero es que Victoria esté bien. No estoy aquí para pelear contigo, pero necesitas escucharla y entender lo que ella está pasando —dijo, su voz firme pero conciliadora.
Aarón lo miró desafiante.
- No necesito tus consejos. Esta es mi casa y mi matrimonio. Tú no tienes nada que ver aquí —dijo, su voz llena de veneno.
Max, decidido a no dejarse intimidar, respondió con calma.
- Aarón, Victoria es importante para mí y siempre la protegeré. No me iré hasta asegurarme de que está bien —dijo, mirándolo directamente a los ojos.
La tensión en la sala era palpable, cada palabra cargada de emociones contenidas. Ambos hombres sabían que esta confrontación era inevitable, pero también sabían que el bienestar de Victoria estaba en juego. Enfrentándose el uno al otro con miradas cargadas de tensión. El silencio pesado entre ellos solo era interrumpido por el sonido sutil de sus respiraciones agitadas, cada uno consciente de la poderosa dinámica que se estaba gestando.
Max tomó una respiración profunda, preparándose para la difícil conversación que sabía que debía tener con Aarón. Su mandíbula estaba tensa, sus puños apretados con determinación. Aarón, por otro lado, irradiaba un aura de furia reprimida, sus ojos centelleaban con un fuego intenso que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
- Aarón, necesito que me escuches —comenzó Max, su voz resonando en la habitación con autoridad y urgencia.
Aarón lo miró con desdén, su semblante desafiante, como si estuviera listo para rebatir cada palabra de Max con una respuesta más afilada.
- ¿Qué quieres ahora, Max? ¿Vienes de nuevo a darme más lecciones sobre cómo tratar a mi esposa? —replicó Aarón, su tono lleno de sarcasmo y hostilidad.
Max cerró los ojos por un momento, conteniendo su propia ira ante la actitud de Aarón. Sabía que no podía permitirse dejarse llevar por las emociones en este momento crucial.
- Escucha, Aarón, sé que las cosas están tensas entre nosotros, pero necesito que entiendas algo muy importante —dijo Max, su voz firme y decidida— mi bonita es una parte importante de mi vida. Si algo le sucede, si la lastimas de alguna manera, yo mismo me aseguraré de alejarla de ti.
La mirada de Aarón se volvió aún más intensa, como si estuviera tratando de perforar a través de la determinación de Max con su propia furia ardiente.
- ¿Qué estás insinuando, Max? ¿Qué no puedo cuidar a mi propia esposa? —gritó Aarón, su voz llena de ira.
Max se mantuvo firme, sus ojos fijos en los de Aarón, sin titubear ante su desafío.
- Lo que estoy diciendo es que si la lastimas o la haces sufrir de alguna manera, no vacilaré en intervenir. No me importa si Victoria está de acuerdo o no con ello. Mi prioridad es su bienestar, y haré lo que sea necesario para protegerla —advirtió, su tono sin vacilación.
Aarón soltó una risa amarga, su semblante retorcido por la ira y la incredulidad ante las palabras de Max.
- ¿Crees que puedes venir aquí y amenazarme así? ¿Crees que tienes el control sobre mí y sobre Victoria? —espetó, su voz temblorosa con furia reprimida.
Max se mantuvo en silencio por un momento, su mirada penetrante clavada en la de Aarón, como si estuviera buscando una grieta en su armadura de orgullo y celos.
- No se trata de control, Aarón. Se trata de responsabilidad. Responsabilidad hacia Victoria, hacia tu esposa. Y si no puedes entender eso, entonces sí, tendremos un problema —dijo Max, su tono serio y directo.

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CASADOS POR ACCIDENTE
De TodoLa vida de Victoria Somerset y Aarón Özdemir se entrelaza en una trama llena de pasión, intriga y giros inesperados. Victoria, una belleza deslumbrante y líder de las chicas populares en la universidad, y Aaron, un chico guapo y adinerado recién lle...