CAP. 101

7 2 0
                                    

- ¡Claro que no, madre! ¡Ella es el ser más honesto que hay! —exclamó Aarón, cegado por la rabia — mientras victoria es...

- ¡Ni se te ocurra decir eso, hijo! —replicó Miray, con firmeza— Victoria no es así.

- ¡Claro que sí, madre! ¡Hablas como si no la conocieras! —dijo Aarón, exasperado.

- Precisamente porque la conozco, te lo digo —respondió Miray— Isla te está manipulando, te está viendo como un títere. Tal vez, alguna vez fue sincera, pero ahora tiene rencor en su corazón. No puedo creer que le hayas creído más a ella que a tu propia esposa.

- Por favor — se burla — madre, deja de decir esas cosas de Isla. Ella no me manipula, más bien me hace ver la verdadera realidad. Y Victoria, si ella me amara, no hubiera hecho lo que me hizo. ¡Ella sigue siendo la misma! ¡Ella nunca va a cambiar! Me equivoqué respecto a ella y ya déjenme en paz. Yo sé lo que hago.

- Está bien, no te diremos nada más —dijo Dafne— Espero que no te arrepientas de lo que estás haciendo. Espero de todo corazón, que el día que te des cuenta de la verdadera realidad y quieras recuperar a Victoria, no sea demasiado tarde.

- Nunca me arrepentiré de lo que estoy haciendo porque lo que estoy haciendo está bien —dijo Aarón, antes de subir a su habitación con las maletas.

- Tenemos que hacer algo —dijo Dafne, preocupada— No podemos dejar que Aarón deje a Victoria.

- Lo sé, pero debemos hablar con él y explicarle lo que realmente pasó en el restaurante —respondió Miray.

- Tienes razón, pero no ahora. Creo que es mejor esperar un momento más adecuado —dijo Dafne.

Aarón entró en su habitación y cerró la puerta con fuerza. Sentía que el mundo entero estaba en su contra y que no había nadie en quien pudiera confiar. Se dejó caer en la cama, cubriéndose el rostro con las manos.

- ¿Por qué me siento así? —se preguntó, con lágrimas en los ojos— La amo, pero no puedo seguir así. No puedo.

En la villa, Victoria estaba en su habitación, llorando desconsoladamente. Sentía que su corazón se rompía en mil pedazos.

- te amo, Aarón. Pero tú no confía en mí. ¿Qué hice para merecer esto? —murmuraba entre sollozos.

En la mansión, Özdemir, Miray y Dafne estaban sentadas en la sala, ambas profundamente preocupadas por la situación.

- Debemos encontrar una forma de hacerle ver a Aarón que se está equivocando —dijo Dafne.

- Sí, pero no será fácil. Está cegado por la ira y el dolor. Isla ha jugado bien sus cartas —respondió Miray, con una mezcla de tristeza y determinación.

- Hablaré con Victoria mañana. Necesitamos saber exactamente qué pasó —dijo Dafne, con un plan en mente.

- Buena idea. Y tal vez deberíamos hablar con Isla también. Ver si podemos descubrir sus verdaderas intenciones —sugirió Miray.

Mientras tanto, en la mansión Walker, Clara finalmente decidió hablar con Iker sobre la boda.

- Iker, necesitamos hablar sobre la fecha de nuestra boda —dijo Clara, con firmeza.

- Sí, lo sé. Lo he estado pensando mucho. Quiero que sea un día especial para ambos —respondió Iker, con una sonrisa.

- ¿Qué te parece si la fijamos para dentro de dos meses? —sugirió Clara.

- Me parece perfecto. Vamos a hacer de ese día el más hermoso de nuestras vidas —dijo Iker, abrazándola con amor.

En la mansión Anderson, la madre de Max estaba preocupada al ver a su hijo tan angustiado.

CASADOS POR ACCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora