- Que me cuentes sobre tus pesadillas y sobre lo que está pasando realmente. Por favor —dijo, su voz llena de sinceridad.
Victoria lo miró, sorprendida por la petición.
- Max, no... —comenzó, pero él la interrumpió.
- Si no, no hay trato —dijo firmemente.
Victoria vio la seriedad en sus ojos y entendió que no tenía otra opción.
- Está bien, está bien. Te contaré, pero cuando vuelvas de la sesión de la campaña —cedió, su voz temblando ligeramente.
Max asintió, aceptando el compromiso.
- Está bien. Pero cualquier cosa, no dudes en llamarme. No me gusta que me ocultes cosas y lo sabes perfectamente —dijo, su voz suave pero firme.
- Está bien, te llamaré si pasa algo —prometió Victoria.
Max respiró hondo, sabiendo que estaba tomando un riesgo.
- Entonces, te llevaré a tu casa —dijo, dispuesto a asegurarse de su seguridad.
Victoria dudó por un momento.
- No, Max. No quiero que te preocupes. Puedo ir sola —dijo, tratando de evitar más conflictos.
- Bonita, no acepto un no por respuesta. Te llevaré y me aseguraré de que llegues bien —insistió Max, su tono inflexible.
Victoria vio que no tenía sentido seguir discutiendo.
- Está bien, llévame —dijo finalmente, resignada.
Max asintió y comenzaron a caminar hacia el auto, cada paso cargado de una mezcla de preocupación y determinación. Sabía que dejar a Victoria era difícil, pero confiaba en que había tomado la mejor decisión para ambos en ese momento. Max no pudo contener su preocupación y decidió intentar convencerla una vez más. Mientras estaban en la finca, en la sala de estar, Max la miró con seriedad.
- Victoria, realmente creo que no es necesario que vuelvas a tu casa. Puedes quedarte en la mía si gustas —le sugirió, su voz cargada de preocupación.
Victoria suspiró, anticipando la conversación que se avecinaba.
- Max, necesito volver. Aarón es mi esposo. No puedo simplemente quedarme en otro lugar y dejar mi matrimonio así —respondió, tratando de sonar firme.
- Victoria, estás casada, sí, pero ¿realmente crees que este matrimonio es lo mejor para ti? Aarón no te trata bien. Ni siquiera recuerdas cómo fue tu boda —dijo Max, su frustración evidente.
Victoria se tensó al escuchar esto, sintiendo una mezcla de dolor y confusión.
- Eso no es justo, Max. Aarón puede ser impulsivo, pero sigue siendo mi esposo. Necesito darle una oportunidad —dijo, su voz temblando ligeramente.
- ¿Una oportunidad? —replicó Max, levantando la voz— ¡Victoria, esto es una farsa! Aarón no te merece y tú lo sabes. Él no te trata con el respeto y el amor que mereces.
Victoria se quedó en silencio por un momento, las lágrimas comenzando a llenar sus ojos.
- Max, esto es más complicado de lo que piensas. No puedes simplemente decidir que mi matrimonio es una farsa —dijo, su voz quebrándose.
- Entonces, dime la razón por la que seguiste con esta farsa. Dímela, bonita. Dímela, bonita. Porque algo siempre ha debido de pasar. Algo debió de hacerte seguir con esto —insistió, buscando desesperadamente una explicación.
Victoria se sintió acorralada, su frustración aumentando. Decidió mentir para poner fin a la conversación.
- Yo recuerdo cómo fue mi boda, Max. Recuerdo perfectamente que esa noche de la fiesta decidí casarme con Aarón porque lo amo —dijo, mirando a Max con determinación.
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CASADOS POR ACCIDENTE
RandomLa vida de Victoria Somerset y Aarón Özdemir se entrelaza en una trama llena de pasión, intriga y giros inesperados. Victoria, una belleza deslumbrante y líder de las chicas populares en la universidad, y Aaron, un chico guapo y adinerado recién lle...