CAP. 67

12 2 0
                                        

- Primero, asegurarnos de que Victoria esté cómoda y descansando. Luego, veremos cómo manejar todo esto. —dijo Max, con determinación.

- ¿Crees que Aarón ya sabe? —preguntó Dafne, con preocupación.

- No lo sé, pero si no lo sabe aún, pronto lo descubrirá —respondió Max, su voz llena de incertidumbre.

- Max, Aarón no es malo. Solo está confundido —dijo Victoria, tratando de defender a su esposo.

- Lo sé, bonita. Pero lo que hizo no está bien —dijo Max, apretando el volante.

El silencio volvió a apoderarse del coche, cada uno perdido en sus propios pensamientos y preocupaciones.

Al llegar a la finca, Max ayudó a Victoria a bajar del coche, mientras Dafne los seguía de cerca. Entraron a la casa, donde todo estaba en silencio.

- Vamos, bonita. Te llevaré a tu habitación. —dijo Max, alzando en sus brazos a Victoria.

- Gracias, Max, pero no es necesario que me cargues —dijo Victoria, con una sonrisa agradecida.

- Claro que si es necesario bonita, Dafne, ¿puedes decirle a la empleada que preparar algo de comer? Victoria necesita alimentarse bien —dijo Max, mirando a Dafne.

- Claro, me encargaré de eso. —respondió Dafne, dirigiéndose a la cocina.

Max sube las escaleras lentamente, cada paso lleno de dolor y esfuerzo.

- Max, no sé qué haría sin ti —dijo Victoria, con lágrimas en los ojos.

- No tienes que pensar en eso, bonita. Siempre estaré aquí para ti. —respondió Max, abrazándola.

Al llegar a la habitación, Max ayudó a Victoria a acostarse en la cama.

- Descansa, bonita. Todo estará bien. —dijo Max, acariciando su cabello.

- Gracias, Max. —susurró Victoria, cerrando los ojos.

Max salió de la habitación y se dirigió a la cocina, donde la empleada estaba preparando algo de comida.

- ¿Cómo está? —preguntó entrando también a la cocina.

- Está agotada, pero resistiendo. —respondió Max, con un suspiro.

- Tenemos que ser fuertes por ella —dijo Dafne, con determinación.

- Lo seremos, Dafne. Lo seremos. —dijo Max, mirando por la ventana, con el corazón lleno de esperanza y preocupación.

- Tranquila, amor. —dijo Iker, tratando de calmar a Clara.

Mientras tanto en la mansión Moore

- Tranquila, amor. —dijo Iker, tratando de calmar a Clara.

- No puedo. Quiero matar a Aarón Özdemir por hacerle eso a mi amiga —respondió Clara, su voz temblando de rabia.

Iker la tomó por los hombros y la miró a los ojos.

- La venganza no es buena, amor. —dijo Iker, suavemente.

- Lo sé amor, pero no puedo evitarlo. —dijo Clara, sus ojos llenos de lágrimas.

- Pero nada, amor Deja de pensar cosas malas en esa cabecita. —dijo Iker, acariciando su rostro.

- Tienes razón. Solo quiero que Victoria esté bien. —dijo Clara, suspirando profundamente.

Iker la abrazó, tratando de darle el consuelo que necesitaba.

Aarón llegó al hospital, su mente llena de confusión y desesperación. Se dirigió a la recepción y habló con la enfermera.

CASADOS POR ACCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora