CAP. 21

18 2 0
                                        

Aarón intenta disimular su turbación, negando rápidamente cualquier sugerencia de que algo esté mal.

- No pasa nada, Dafne. Solo necesitaba tomar un poco de aire fresco - responde con voz tensa, tratando de ocultar la verdad que bulle dentro de él.

Pero Dafne no se deja engañar tan fácilmente. Con una mirada penetrante, estudia a su hermano y continúa presionándolo suavemente.

- No me digas que no pasa nada. Te conozco demasiado bien, hermano. Algo te afectó, ¿verdad? ¿Tiene que ver con Victoria?

La mención del nombre de Victoria hace que Aarón se tensa aún más, pero sigue negando con terquedad.

- No sé de qué estás hablando, Dafne. No me afecta lo que Victoria haga o deje de hacer. Solo estoy molesto por... otras cosas."

Sin embargo, Dafne no está convencida y persiste en su intento de llegar al corazón de su hermano.

- No puedes ocultarlo para siempre, Aarón. Si algo te está molestando, deberías hablar de ello. No te hagas el fuerte conmigo. Somos hermanos, ¿recuerdas?

- De verdad, Dafne, no hay nada entre Victoria y yo - insiste Aarón, su tono lleno de determinación mientras rechaza cualquier sugerencia de conexión emocional con su enemiga. - Ella puede hacer lo que quiera, no me importa en lo más mínimo.

Dafne frunce el ceño, notando la determinación en la voz de su hermano.

- No tienes que ocultarlo, Aarón. No puedo dejar de notar cómo te afecta verla con William. Admitir que te importa no te hace débil.

Aarón sacude la cabeza con vehemencia, rechazando la idea.

- No me importa, Dafne. Victoria y yo somos polos opuestos. Siempre lo hemos sido y siempre lo seremos. No hay espacio para ningún tipo de sentimiento entre nosotros.

A pesar de los intentos de su hermana por hacerlo abrirse, Aarón se mantiene obstinado en su negación, decidido a ocultar los verdaderos sentimientos que alberga por Victoria. La conversación llega a un punto muerto, dejando a Dafne preocupada por el bienestar emocional de su hermano, pero incapaz de persuadirlo para que se abra sobre lo que realmente está sintiendo.

En medio de la fiesta, donde la música y la alegría llenan el ambiente. Victoria, abrumada por la frustración y la confusión por lo que ha sucedido, comienza a beber más de lo debido, buscando escapar de sus emociones.

Mientras tanto, Max la busca entre la multitud, preocupado por su ausencia, pero no logra encontrarla entre los invitados que bailan y disfrutan de la fiesta.

William, desesperado por encontrar a Victoria, busca en cada rincón de la mansión, su preocupación aumentando a medida que pasa el tiempo sin encontrarla.

Mientras tanto, Isaac, Isla y Jack se encuentran en una conversación con algunos periodistas, expresando su felicidad por la campaña de la empresa Özdemir, mientras observan la fiesta con curiosidad.

Finalmente, Victoria, más mareada por el alcohol, se dirige hacia la salida, sin percatarse de su entorno. Sin embargo, su mala suerte la lleva a chocar con un poste mientras intenta salir, dejándola tambaleándose y desorientada. Desde el otro lado, Aarón observa a Victoria desde el otro lado con una mezcla de emociones contradictorias. A pesar del profundo resentimiento y odio mutuo que comparten, Aarón no puede evitar reírse y sentir una especie de ternura al ver a Victoria en su estado vulnerable. Es como si en ese momento, las barreras entre ellos se desvanecieran y pudiera verla con una mirada más compasiva.

Cuando decide acercarse a ella, lo hace con cautela, observando sus movimientos con atención. Victoria, por su parte, se queda quieta, sorprendida por la presencia de Aarón y por la mezcla de sentimientos que surgen en su interior al verlo.

CASADOS POR ACCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora