Noches efímeras | Jinshi

Capítulo 2

—Disculpa, ¿sabes a qué habitación corresponde esta etiqueta? —me preguntó una chica

Leí la etiqueta de la canasta.

—Es para la nueve de las glicinias —respondí—. Es por allá.

—Muchas gracias —dijo con una sonrisa.

Ya habían pasado 3 meses desde que me habían secuestrado y traído al palacio imperial, no pude enviar nada a mi padre para hacerle saber que estaba bien.

Bueno, seguro que sabe que estoy bien.

La vi irse a toda prisa.

Entre las sirvientes del harem hay muchas que no saben leer, aunque antes de unirnos nos enseñan los modales básicos, pero la mayoría son analfabetas.

Me sentí mal que chicas como ellas no tuvieran la oportunidad de leer.

Eso me recuerda que he leído casos donde personas que no saben leer llegan a ser emperatrices menores, creo que no me gustaría ser una, mi cuerpo me favorece, pero no quisiera esa carga.

Seguí mi camino a dejar las cosas que traía hacia una parte del palacio.

—¡Como lo creí! —exclamó la chica que tenía frente a mí mientras comía—. ¡Es una maldición!

—¿De qué hablas? —le pregunté.

—¿No lo sabes? —inquirió—. Las recurrentes muertes de los hijos recién nacidos del emperador dentro del harem.

Seguí comiendo mientras la escuchaba

—Parece que tres hijos del emperador fallecieron justo después de nacer —finalizó—. ¿No crees que es sospechoso?

Los niños nacidos en el harem quienes se convertirían en miembros de la corte real, uno antes de que el emperador fuera coronado y dos después de ellos; ya son tres los hijos del emperador que han fallecido siendo unos infantes.

Actualmente, el heredero varón de 3 meses y la princesa de 6 meses son los únicos sobrevivientes, quien vive en la sala más grande del harem es quien dio a luz al heredero varón, la concubina Lihua.

Supongo que debido a la concubina Lihua dio a luz a un varón tiene un rango más alto, y como no tiene emperatriz principal es lógico, pero al parecer el emperador favorece más a la concubina Gyokuyo.

—¡Y acabo de escuchar que el médico se dirigía a la habitación de la concubina Gyokuyo! —chilló la chica—. ¡Lo sabía es una maldición!

No existen las maldiciones, si se tratara de una disputa por la sucesión no habría razón para atacar a la princesa así que la posibilidad de envenenamiento es baja; podría ser una enfermedad y sería hereditaria.

—Los bebés anteriores... ¿sabes cómo murieron? —le pregunté.

—No estoy segura de los detalles, pero dicen que de pronto comenzaron a debilitarse —contestó—. Parece que esta vez es igual, incluso dicen que la condición de la concubina Lihua tampoco es buena.

—¿La concubina Lihua está enferma?

—Así es, también escuché que está sufriendo dolores de estómago, de cabeza y náuseas —explicó.

Vaya síntomas... este simple rumor parece ser más serio de lo que creí, no puedo hacer nada más que especular, pero... podría echar un vistazo.

(...)

El palacio interior es enorme, incluso podría ser más grande que algunos pueblos de aquí cerca.