Días después, recibí un paquete de Meimei y dentro había una carta sobre una cortesana, y mi atuendo más bonito que usaba para bailar en la Casa Verdigris.
Así que supe que era el momento de bailar para esa cortesana comprada.
Me arreglé, me maquillé, y cambié mi atuendo, subí con cuidado los escalones que la princesa Fuyo había usado para subir a aquella muralla para poder bailar en honor a que su amigo de la infancia regresa a salvo de sus labores militares.
Mi herida ya sanó bastante bien... no debería haber problema si bailo con todo lo que tengo.
Y comencé a bailar, con toda la fuerza, el amor y las ganas que había en mi cuerpo, y con cada giro que daba, veía esas múltiples luces que se alcanzaban a ver en el barrio rojo.
Todos esos recuerdos que tenía al haber bailado en la Casa Verdigris vinieron a mi mente, y los abracé como si fuera la última vez que los recordara.
Y en una de esas vueltas, vi al maestro Jinshi, anonadado, y sin darme cuenta, pisé por accidente una de las telas de mi vestido y me sentí arrastrada por la gravedad.
Me caeré... igual que aquella sirvienta de la señora Ah-Duo...
En mi intento por alcanzar la mano del maestro Jinshi, él fue más rápido y me tomó de la muñeca con fuerza, mientas que con su otra mano me sostuvo de la cintura.
—¿¡Qué estás haciendo!? —me gritó asustado.
—Yo quisiera saber lo mismo —le reproché—. ¿Qué está haciendo aquí?
—Recibí un informe sobre una mujer extraña que intentaba escalar por los muros —respondió—. Así que por supuesto, tuve que venir a ocuparme de ella, demonios... no vayas causando problemas.
Y me acarició la cabeza.
—Lo siento, aun así... no creo que usted deba venir personalmente a atender estos asuntos.
—Vine porque supuse que se trataría de ti —aclaró—. Dime, ¿estabas bailando en honor a alguien?
—Si, así es, como seguramente se dio cuenta, en el barrio rojo es una tradición bailar al despedir a las cortesanas que han sido liberadas —respondí—. Me enviaron mi mejor atuendo para bailar, y aquella cortesana se merecía mi mejor baile.
Ambos nos quedamos mirando aquel espectáculo de luces.
—El rumor sobre el nombre excéntrico que liberó a una cortesana se ha extendido al extranjero.
—Me lo imagino.
—Por cierto, solicitó un permiso de trabajo, parece que se tomará diez días libres.
—La carta de mi hermana decía que la fiesta de esa cortesana duró siete días y siete noches —recordé—. Una semana menos que mi fiesta ese día que usted me compró, por lo general se festejan tres días y tres noches.
No sé cuánto gastó, pero a juzgar por la cantidad de faroles instalados, está claro que no es una cantidad normal para una cortesana... estoy segura de que la cortesana que está siendo liberada está usando ropas hermosas, pero no puede mostrarse al público.
Tal y como pretendía la anciana, el rumor se extendió por todas partes, no cabe duda de que todo el mundo sentirá curiosidad e irá a la Casa Verdigris en busca de poder ver a la cortesana que logró conquistar a ese hombre excéntrico.
La verdad es que la persona que realmente quería despedir era Meimei, ella es la persona más amable que he conocido, no sé en qué estaba pensando cuando permitió que Lakan entrara a la Casa Verdigris, según ella, Lakan no hacía nada en las habitaciones, solo se dedicaba a escucharlo divagar sobre su hija y la mujer con la que lo tuvo, a veces se acercaba a tablero de go y comenzaban a acomodar las piezas como si estuvieran recordando partidos del pasado... pero no sé si sea cierto o no.
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Noches efímeras | Jinshi
FanfictionNo había noche de Mei-yin no trabajara en el barrio rojo, tener muchos clientes en una sola noche y al día siguiente atender a sus pacientes era un estilo de vida agotador, pero que la había llevado a tener mucho más que la mayoría de las personas e...