Capítulo 30

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—Milouan, tengo que hablar contigo —le dije.

—Si maestra.

Se sentó a mi lado y me escuchó con atención.

—Mañana vendrá el eunuco del que te ha hablado a la Casa Verdigris, y le va a pagar a la anciana mi precio como cortesana.

—¿Eso... significa que usted será comprada?

Asentí.

—Mañana el maestro Jinshi me va a comprar —declaré.

Los ojos de mi aprendiz se abrieron un poco más de lo normal, intentando asimilar lo que le estaba diciendo y lo que nos pasaría en el futuro.

—Por supuesto seguiré enseñándote todo lo que sé, por eso no te preocupes —le aseguré—. Mañana firmaré el contrato y veré que pueda salir del palacio cada cierto tiempo para poder venir a verte.

La vi en silencio, parecía intentar encontrar las palabras adecuadas.

—¿Usted... usted está feliz con la compra, maestra?

Sonreí de inmediato al pensar en la persona que me iba a comprar.

—Si, así es, el maestro Jinshi es el hombre del me enamoré, aunque no lo sepa, no me hubiera gustado que alguien más me comprara —respondí.

Fue hasta ese momento que Milouan también sonrió.

—Entonces eso también me hace feliz, maestra —dijo segura—. Espero de todo corazón que le vaya bien en su trabajo en el palacio interior.

Me abrazó con fuerza y todo su cuerpo se relajó.

—Hay algo que me gustaría decirle, maestra.

—Dime.

—Sé que en el barrio rojo cuando una cortesana de alto rango es comprada se hace un baile en honor a ella —me dijo—. Hace un tiempo, le pedí a sus hermanas que me enseñaran esa danza para cuando usted fuera comprada.

No pude ocultar mi sorpresa ante ese acto de amabilidad, no era que mi aprendiz odiara que fuera cortesana, pero conocía el riesgo de mi trabajo y siempre se preocupaba porque me fuera a pasar algo.

—¿Quieres bailar por mí, Milouan?

—Así es —confirmó—. Mañana bailaré por usted en la Casa Verdirgis.

Sonreí derrotada al ver lo mucho que había crecido mi aprendiz desde que la conozco, ella solo tenía 6 años cuando su padre falleció, pero era una niña muy inteligente, y a los 8 años ella ya podía decirme las medicinas que necesitaba al examinar a los pacientes, aprendía de forma muy diligente.

—Eso me haría muy feliz.

(...)

Y así fue, el Maestro Jinshi le pagó a la anciana mi precio como una de las cuatro princesas de la Casa Verdigris, aunque era la más joven, mi precio había subido mucho en pocos meses debido a mis talentos con la música, la danza y la poesía.

Mi padre no había tenido objeciones de que yo fuera comprada así que él solo me sonrió muy orgulloso de ver hasta dónde había llegado.

—Señorita Meimei, no creo que mi maestra necesite todas estas cosas —objetó Milouan mientras Joka le probaba su atuendo para mañana.

—No te preocupes hermana, soy muy consciente de la oportunidad que tengo y no la voy a desaprovechar —la tranquilicé—. Aunque no trabajaré como cortesana, me parece que regresaré a ser la catadora de venenos de la señorita Gyokuyo.

—¡Aun así debes verte presentable ante las personas importantes! —objetó—. Es muy importante que resaltes tu belleza y te hagas notar.

Aunque era una princesa en la Casa Verdigris no me gustaba llamar la atención más de lo que ya la tenía, el barrio rojo era demasiado peligroso como para que muchas personas me conocieran, así que siempre preferí ser conocida como médica que como cortesana.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora