Capítulo 48

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Cuando iba de regreso de quemar la basura del maestro Jinshi algo llamó mi atención.

Me hinqué en el suelo y olí la planta, rasqué un poco la tierra y confirmé mis sospechas.

Es jengibre... ¿porque está creciendo en medio de la maleza?

Miré a mi alrededor y vi un establo.

Tal vez los nutrientes del establo hicieron que creciera, pero aun así el jengibre no puede crecer de manera natural aquí, hay una pequeña colina por allá...

Caminé hasta la colina y me sorprendí al ver lo que había allí.

Un jardín medicinal... es diferente al mío, pero es muy bueno, hay muchas plantas bastante eficaces...

—¿Qué crees que estás haciendo?

Me di la vuelta y vi a Suirei.

—Solo admiraba tu jardín —respondí—. No soy una ladrona, reconozco un buen jardín cuando lo veo.

—¿De verdad? —preguntó con una hoz en la mano.

De verdad aquí no saben asustar a los demás más que con amenazas.

—Te digo la verdad —repetí.

La vi sentarse a mi lado.

—Este es un lugar público así que dudo que alguien te regañe —me dijo—. Pero, ya que los oficiales medicinales lo conocen, no deberías merodear tanto por aquí.

Y me di cuenta de que estaba quitando la maleza, así que con mucha precaución le ayudé también.

—¿Tu administras este lugar? —le pregunté.

—Simplemente me permitieron plantar lo que quisiera —respondió.

Igual que a mí... que peculiar.

—Eres buena —observé.

—Quien sabe.

Suirei... se ve como alguien que no le gusta gastar energía en los demás.

—¿Y que más plantaste? —inquirí.

Surgió un pequeño silencio antes de su respuesta.

—Medicina para revivir a los muertos.

¿Acaso... ella conoce esa medicina? Incluso en nuestra rama, no hay muchos médicos que conozcan esa medicina, y es una medicina que me he negado a enseñarle a Milouan, aún no está lista para eso.

No puedo hablar demasiado, decir cosas así no me traerá nada bueno, será mejor que desvíe el tema.

—Que buena broma —me reí.

En muchos lugares la conocen de distintas formas, pero sus efectos no son tan reales como los de revivir a alguien, mientras estudié en el extranjero la encontré, y sus efectos eran similares, he intentado crear variaciones de esta medicina, pero siempre me toma meses de preparación ya que su proceso es algo demasiado complejo.

Y profanar el cuerpo de una persona que ya dejó este plano terrenal me parece algo inhumano, a no ser que el paciente de su consentimiento para hacer prácticas médicas en caso de que fallezca jamás haría una cosa así, las buenas personas merecen un descanso pacífico.

—He escuchado que eres una médica y boticaria —comentó—. ¿Qué tan buena eres?

—Quien sabe —la imité.

Me dedicó una fría mirada, que mantuve sin ningún esfuerzo.

No sé de dónde escuchó eso, pero por la forma en la que lo dijo, sonó como si me retara.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora