Capítulo 10

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Sé que no debemos hacer nada en la fiesta del jardín, pero esto es una tortura de verdad.

Y un fuerte viento nos cobijó e hizo que todas nos abrazamos para conservar el poco calor que teníamos.

Por favor que armen la carpa lo más pronto posible.

Para distraernos del frío Giuyuan y yo nos asomamos un poco por la carpa y echamos un vistazo a los altos mandos que estaban presentes.

—Veamos... la mujer que está a un lado del emperador, cargando a la princesa, es la emperatriz viuda —me dijo.

La miré un poco.

—Se ve bastante joven —observé.

—Es que de hecho es muy joven —aclaró—. Después de todo, solo tenía... esa edad cuando tuvo al emperador.

Mi estomago se encogió un poco.

Debió ser un parto muy doloroso el de la emperatriz viuda.

—Y entonces, ¿de quién es el asiento de al lado? —pregunté.

—Es para el hermano menor del emperador, hijo de la misma madre —respondió—. Hay rumores sobre él... es conocido por ser débil de salud, y por lo general no sale de su habitación.

¿Está tan delicado que no puede asistir ni siquiera a eventos oficiales?

—¿A qué te refieres con simplona? ¿Eres estúpida? —escuchamos decir a Yinghua—. Se supone que las damas debemos trabajar, no preocuparnos por accesorios inútiles.

—¿Acaso te estás escuchando?

—Si no lucen presentables, le causarán problemas a su señora —insistieron.

—Está peleando por el honor de nuestra concubina —me dijo Giuyuan.

Supongo que el sistema del harem hace esto, que las damas de compañía pelean en nombre de sus concubinas.

—¿Y la pueblerina no las acompaña el día de hoy?

—¿Acaso no es obvio? Traer a una chica tan fea como ella solo les causaría vergüenza.

—Probablemente ni siquiera recibió una pieza de joyería.

Qué chicas tan desagradables.

** Flashback **

—¿Porque debería obedecerte? —me gritó una de las sirvientas del Palacio de Cristal—. ¡No seas tan engreída! ¡O se lo diré a mi padre!

Estrellé una de mis manos a su lado para que no olvidara lo que le iba a decir.

—Entonces, me aseguraré de dejarte tan irreconocible que ni siquiera tu padre sabrá quién eres —la amenacé con una macabra sonrisa.

La chica salió corriendo.

Que patética, hay que poner a estas chicas en su lugar, ni siquiera son como su señora, la señorita Lihua no es como ellas, y tenemos el mismo rango.

** Fin del flashback **

Bueno, supongo que ayudaré un poco para calmar las coas en este lado.

La miré de la misma forma de aquella ocasión y no hizo falta decir o hacer nada más para recordarle cuál era su lugar y lo que podía hacer si me molesta o le había algo a mis compañeras.

—Yo... yo... yo... ¡las dejaré en paz por hoy! —anunció aterrada—. ¡Sean agradecidas!

Y las vimos irse a toda prisa de nuestra vista.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora