Capítulo 23

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Mientras limpiaba el pasamanos me quedé pensando en la miel que tenía la señora Fengming.

Hace poco tuve una situación con la señorita Lishu con la miel... eso es extraño.

Alcé la mirada y me encontré a la persona en la que estaba pensando, junto con otra cara conocida escondidas en un árbol.

La señorita Lishu y su catadora... ¿qué hacen aquí? Bueno, aun me sigo preguntando porque ella no tolera la miel.

Lo dejé pasar y seguí haciendo mis tareas.

—Buen trabajo —me dijo Fengming—. Ya es tarde, ¿porque no te quedas esta noche?

Se me hizo tan tarde... no recuerdo haber trabajado tanto en el palacio interior, que agotadoras son las limpiezas de fin de año.

—Ya sé, ¿podrías acompañarme un momento? —insistió.

La seguí por los pasillos del Palacio de Granate y llegamos a una habitación muy vacía y sin gracia.

Me preguntaba a dónde íbamos, pero resulta que esta es la habitación de la señora Fengming.

—Por favor, espera aquí un momento —me pidió.

Asentí y me quedé en la puerta.

Es similar a la habitación de Hongniang cuando me llamó la primera vez, no tiene casi nada.

Vi a mi alrededor y algo me llamó la atención.

Eso es...

—Perdón por hacerte esperar —me dijo de pronto.

—Si, está bien.

—Esto es mío, pero puedes usarlo si lo deseas —continuó mientras me daba una frazada bastante cómoda—. Hace mucho frío por la noche.

—Se lo agradezco mucho —respondí.

—Por favor, descansa bien, buenas noches.

—Buenas noches.

(...)

—Eso concluye mi reporte sobre el Palacio de Granate —finalicé.

—¿En serio? —preguntó el maestro Jinshi—. ¿Eso es todo?

Últimamente me he encontrado con mucha miel en mi camino, esto es... demasiado sospechoso e interesante.

Además, el maestro Jinshi parece bastante despreocupado, es inusual.

—No hay nada más que reportar —respondí.

Si quería que actuara como una espía simplemente lo hubiera dicho y ya, además ir a otros palacios a husmear no es mi estilo.

Y parece que no entiende del todo que no me gusta dictar la sentencia de alguien que tiene el mismo rango que yo, el maestro Jinshi siempre me fuerza a señalar a los culpables de cada incidente en el que él me ha involucrado.

—¿Encontraste a alguien sospechoso? —insistió—. Si necesitas más pistas, eres más que bienvenida a regresar al Palacio de Granate.

Mientras lo veía echar miel en su taza de té intenté encontrar una razón para que no me gustara, pero no pude dar con ninguna y me di por vencida.

Usted es tan injusto, maestro Jinshi.

—¿Ya lograron encontrar el zapato izquierdo extraviado? —pregunté.

—Buscamos, pero no lo pudimos encontrar.

—Ya veo... ¿quiere que lo diga verdad?

Lo miré fijamente y él solo estaba ahí con una expresión impasible.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora