Capítulo 92

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Unos días más tarde, me reuní con el maestro Jinshi en nuestra ya acogedora habitación para poder pasar un poco de tiempo juntos.

—¿De verdad quiere jugar go conmigo?

—¿Insinúas que no te puedo ganar, princesa?

Me reí un poco.

—Jamás me atrevería a desafiarlo, maestro Jinshi —bromee—. Al menos no esa forma, pero está bien, jugaremos.

Coloqué el tablero y repartí las fichas por color, yo jugaría con blancas y el maestro Jinshi con las negras.

—El otro día fui a los baños públicos y dos de las chicas con las que hablo del área de lavandería me hicieron entrar a dar masajes a concubinas —le conté—. Aunque la verdad no me sentí a gusto haciéndolo así que no volveré a ir.

Puse una ficha en el tablero y esperé el movimiento de mi oponente.

—Me alegro de que hayas decidido no regresar, además de que a la señorita Gyokuyo no le gustara que lo hagas —agregó—. No quiero que te rebajes a ese nivel, no necesitas de conexiones para quedarte aquí, esta vez no planeo dejarte ir.

Hice un enorme esfuerzo por hacer que esas palabras no me desconcentraran del juego.

Y yo no planeo irme de su lado.

Cuando el maestro Jinshi hizo su jugada yo seguí con la mía y volví a poner otra ficha en el tablero.

—Por cierto, Mei, alguien te ha enviado una invitación.

—¿Una invitación? —pregunté confundida.

No está tan celoso como en las ocasiones cuando se me acercan otros hombres que no sea Gaoshun.

—Si, del estratega.

Lakan...

—¿Que quiere?

—Solo tomar el té —respondió.

Tomar el té... me pregunto si querrá hablar de algo, bueno, supongo que no estaría mal aceptar su invitación, pero si el té no es bueno me voy a enojar.

—Muy bien, ¿cuándo es la invitación?

—Para hoy, dijo que si aceptabas quería que fuera en el día exacto, en caso de que te arrepientas —admitió.

Callé una risa.

Bien jugado, se previene en caso de que pase cualquier cosa, aunque yo misma decidí que pondría de mi parte para pasar tiempo juntos, pero claro que eso no lo sabe él.

—Entonces, ¿vendría conmigo, maestro Jinshi?

Y puso otra ficha en el tablero.

—¿Yo? —preguntó asombrado—. ¿No querrías que mejor te acompañara Hongniang?

Y fue mi turno.

—Quiero que me acompañe usted, hay algunas cosas que quisiera hablar con Lakan y me gustaría que usted esté presente.

La mirada del maestro Jinshi se iluminó un poco porque había deducido que le iba a decir a Lakan que estábamos en una relación.

—Está bien, entonces vamos después de este juego.

Asentí y seguimos jugando.

(...)

—Pensé que no aceptarías, querida hija.

—Pongo que mi parte —le dije—. ¿El té es dulce?

—Me aseguré de escogerlo muy bien para que te gustara.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora