Capítulo 17

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Cuando nos fuimos de la casa de mi padre, Milouan y yo caminamos de regreso a mi casa.

—Ese hombre seguramente será expulsado de todos los burdeles del barrio rojo por un tiempo —me dijo—. Ese tipo de chismes se propagan rápidamente por aquí.

—Así es —concedí.

—Maestra... aun no puedo deducir la razón real de la situación —admitió—. Si ese hombre era bastante terco no pudo haber llegado al punto de un doble suicidio...

—Trata de recordar la escena del crimen, recuerda todos los objetos que encontraste en la habitación —le recomendé—. Te mencioné que el veneno ya había sido disuelto en agua con anterioridad.

—Una copa rota, una pajilla de trigo, dos tipos de sake de diferentes colores... —y mi aprendiz lo dedujo todo—. No puede ser, ¿es eso cierto, maestra?

—Absolutamente —aseguré.

—No fue un doble suicidio, era un asesinato, y la que lo planeó todo fue la cortesana, el veneno era el sake infundido con tabaco —declaró.

Asentí.

—El problema era hacer que ese tipo bebiera el veneno, ya que hablamos de alguien lo bastante prudente como para llevar guardaespaldas al burdel —coincidí—. La respuesta es sencilla, la cortesana solo tenía que actuar como una catadora de venenos, él bebería el sake después de ella.

—Pero si la cortesana bebía el veneno primero, habría colapsado antes de que él lo probase y habría sido descubierta —objetó mi aprendiz.

—Correcto, por eso utilizó una pequeña herramienta, vuelve a recordar la escena y verás que había dos tipos de sake, pero un solo vaso —le dije—. Los sakes tenían diferentes colores y densidades, de esa manera no se mezclarían, igual que el agua y el aceite.

Le di un momento a mi aprendiz para ir hilando todos los puntos.

—Cierto, ya que, si se vierte adecuadamente en una copa transparente, se crean capas de colores y se ven bastante atractivas para los clientes de los burdeles.

—Muy bien Milouan, usó ese truco para entretener y distraer al hombre, ella utilizó la pajilla de trigo para beber solamente la capa inferior —continué—. Las pajillas son bastante comunes en los burdeles, así que el cliente no sospechó nada, y bebió la parte superior de la copa.

—Y después de conformar que el sujeto se había desmayado esparció hojas de tabaco recién ahumadas para ocultar el olor del sake envenenado —dedujo—. De esa manera cualquiera que entrara pensaría que habían usado las hojas para un doble suicidio.

—Al terminar de preparar la escena, la cortesana bebió el sake de la capa superior, procurando no beber demasiado para que no fuese mortal para ella —le dije—. Después de todo, si ella muriera también todo habría sido en vano, y para asegurarse de sobrevivir, todo lo hizo hasta el amanecer, para ser encontrada a tiempo.

—Lo entiendo maestra, pero aún hay algo que no consigo comprender —dijo un tanto frustrada.

—¿El comportamiento de la kamuro?

Mi aprendiz asintió.

—Es cierto que era extraño, llegaste más tarde de lo que acostumbras cuando te llamo de emergencia, parecía que no le importaba mucho la vida de la cortesana —recordé—. Otra persona importante para ella pudo morir, aun cuando ya se había suicidado su hermana, parecía que todas sus acciones se basaban sabiendo que la cortesana no moriría.

—Y la otra cortesana fue demasiado comprensiva con la kamuro, y la encargada que nos dio un generoso pago entre más lo pienso más sospechoso me parece todo.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora