Cuando la fiesta terminó, salí de la habitación principal y me encontré al maestro Jinshi.
—¿Cómo fue la fiesta del té entre la señorita Gyokuyo y la señorita Lishu? —quiso saber.
Ya veo, así que él fue el que organizó la fiesta de hoy.
—Parece que se divirtieron —respondí.
—Me alegro —dijo tranquilo.
Y mientras pasaba a su lado me detuvo con su mano en mi hombro.
Si sigue así tarde o temprano se dará cuenta de lo que siento por él.
—Todavía no hemos terminado de hablar —dijo sonriente.
—Usted siempre me da mucho trabajo extra maestro Jinshi —me quejé—. ¿Que desea esta vez?
—¿Has oído que la doncella cometió suicidio? —me preguntó—. Fue la responsable del veneno en la fiesta del jardín.
—Eso he oído.
Y en ese momento me dedicó una mirada diferente, había mucha calma y serenidad en ella, me hacía sentir en paz.
Se esfuerza mucho por hacer que me enamore de él.
—¿De verdad crees que se suicidó?
—No soy nadie para negarlo o no —respondí—. Pero... la gente del harem tiene muchos motivos ocultos tras sus acciones.
—Ya veo, ¿hay alguna razón para que una simple doncella intente envenenar a su consorte?
—Hay muchas, como dije, en especial las mujeres del harem se les orilla a pensar en cosas para hacerse camino aquí —le dije—. Pero esas son meras especulaciones, cada mujer puede tener otros motivos.
Lo vi sonreír de forma muy satisfactoria.
—A partir de mañana, ¿me harías el favor de trabajar en el Palacio de Granate?
Y todavía se atreve a preguntarme como si tuviera la opción de elegir.
—Como usted ordene.
(...)
Se dice que cada palacio está teñido con el color de su ama, el Palacio de Jade de la señorita Gyokuyo rebosa de calidez, el Palacio de Cristal de la señorita Lihua desprende un sentido de elegancia.
Y el Palacio de Granate de la señora Ah-Duo... está lleno de muebles viejos, pero cada uno tiene una razón para estar aquí.
Al no colocar adornos extravagantes, logra transmitir un sentido único de refinamiento, lo más seguro es que la señora Ah-Duo desprenda esa misma aura.
Mientras miraba con atención el palacio nos encontramos con una mujer.
—Fengming, ¿quiénes son esas chicas? —preguntó—. Nunca las había visto.
La señora Ah-Duo... como lo suponía, ella transmite la misma aura que su palacio, su apariencia está lejos de tener adornos ostentosos y llamativos, físicamente no puede compararse con las otras tres concubinas de alto rango, y no tiene atributos tan notables.
Sin embargo, su belleza andrógina destaca mucho, tiene un encanto natural que no es obvio a simple vista, hay que saber observar para notarlo.
Todas las chicas que veníamos siguiendo a la jefa de damas de compañía nos inclinamos al verla.
—Están aquí para ayudar con la limpieza de fin de año —respondió.
—Ya veo.
Aunque tiene 35 años es demasiado joven, sin duda se cuida mucho, al igual que el resto de las concubinas, si se cambiara de ropa, podría confundirse fácilmente con un oficial joven.
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Noches efímeras | Jinshi
Hayran KurguNo había noche de Mei-yin no trabajara en el barrio rojo, tener muchos clientes en una sola noche y al día siguiente atender a sus pacientes era un estilo de vida agotador, pero que la había llevado a tener mucho más que la mayoría de las personas e...