Capítulo 34

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Cuando alcé la mirada, me encontré con la típica sonrisa de la señorita Gyokuyo al ver las interacciones entre el maestro Jinshi y yo, y le devolví el gesto.

Ahí está mi señora... se ve tan hermosa como siempre, y parece que Hongniang tampoco ha cambiado en nada.

Mientras caminaba con el carrito para comenzar la lección seguí viendo al resto de las concubinas.

La señorita Lihua parece que ha recuperado su figura voluminosa, se ve muy saludable, que bueno.

Y la señorita Lishu sigue poniéndose nerviosa por estar presente frente a las otras concubinas, no puedo culparla, las otras tres concubinas son realmente imponentes, con su belleza, inteligencia y habilidad con las personas sería natural que ella estuviera nerviosa; pero tener a la catadora de su lado debería sentirse menos ansiosa.

Y finalmente, reconocí a la nueva concubina pura, la mujer que había reemplazado a la señora Ah-Duo.

Estaba sentada en la silla esperando a que la clase comenzara, y podía percibir un aire de grandeza muy distinto al de las demás concubinas, parecía haber cierta altanería.

La concubina Loulan, tenemos la misma edad, y basado en eso ella podría ser elegida como la próxima visita del emperador.

Por sus rasgos puedo ver que viene de los países del norte, pero debido al maquillaje excesivo en las esquinas de sus ojos no puedo distinguir su verdadera forma.

Su ropa y horquilla muestran características de un país del sur y destaca demasiado en comparación a las otras concubinas, al igual que su sirvienta quien lleva el mismo estilo de ropa, supongo que simplemente le gusta.

La vi bostezar un poco, como si estuviera obligada a asistir a esta clase.

Aun así, comparada con las demás, carece de encanto y brillo, parece que no podrá alterar el equilibrio actual de poder en el palacio, aunque me muero por ver si me equivoco o no.

Me aclaré la garganta y me incliné ante las concubinas.

—Me llamo Mei-yin, es un placer servirles —me presenté—. Y el día de hoy me encargaré de darles esta clase.

Abrí mi paquete de muestra que contenía todo lo que necesitaban para poder complacer al emperador.

—Lo que estoy por enseñarles es confidencial —continué—. Les pido que no distribuyan el material ni los libros fuera de este lugar.

Les entregué en persona los paquetes que había armado a sus jefas de damas de compañía.

—Para comenzar, vayan a la página tres por favor.

(...)

A lo largo de toda la clase pude ver las peculiares caras que hacían las damas de compañía de las concubinas.

También estaban las señoritas Gyokuyo y Lihua, quienes parecieron disfrutar mucho de la sesión informativa y de todos los amplios conocimientos que pude ofrecerles.

Sin duda lo que más risa me dio de toda clase fueron los gestos de la señorita Lishu, temiendo que fuera a ser partida a la mitad si hacía las técnicas secretas con el emperador cuando llegara el momento.

Y, por último, estuvo la ahora distinguida indiferencia de la concubina Loulan, a quien no supe leer si eran cosas que ya sabía o le era indistinto si satisfacía o no al emperador.

—Eso sería todo de mi parte, espero que les haya podido ayudar en sus futuras visitas —anuncié—. Si llegaran a tener alguna duda por favor no duden en mandarme llamar.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora