Capítulo 9

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Por lo que dijo Hongniang, el problema principal será el frío, en ese caso prepararé algunas cosas para que no pasemos tanto frío.

Entré a la cocina y comencé a preparar un dulce que ayudaba mucho a mis pacientes cuando se congelaban de frío.

—Vaya, que aroma tan dulce —dijo Hongniang—. ¿Qué estás cocinando?

—Son dulces de jenjibre y mandarina, la piel de la mandarina mejora la circulación y el jengibre aumenta el calor corporal —expliqué.

—Así que esta es la razón por la que has estado tan ocupada últimamente —observó.

Sonreí y asentí.

—De hecho, llegas en buen momento, quería pedirte que me prestaras un rato los vestidos de las demás —recordé—. Les voy a conocer bolsillos para poner piedras calientes y así mantener el calor, no quiero que mis amigas pasen frío.

—Mei-yin... ¿nos acabas de llamar amigas? —preguntó muy feliz.

En ese momento me di cuenta de lo que había dicho, no era que no tuviera amigos, pero todas éramos tan cuidadosas en el barrio rojo que a veces no nos quedaba energía para pasar un día de chicas o al menos fuera del burdel, y hacer estas cosas por mis compañeras de trabajo me hacía sentir más cerca de ellas.

—¡Lo lamento mucho! —me adelanté—. Les puse ese título sin saber si ustedes también me ven así, fue muy arrogante de mi parte.

Pero lo único que hizo Hongniang fue sonreírme.

—Lo somos Mei-yin, todas aquí somos tus amigas —me aseguró—. Muchas gracias por vernos así también, estoy segura de que a las chicas las hará muy feliz que las llames así.

Le devolví el gesto y seguí moviendo mi mezcla de jengibre.

Después de varios días mientras cocía los bolsillos para mis amigas, llegó el maestro Jinshi con Gaoshun para pedirme el mismo favor de cocer bolsillos para poner piedras calientes.

De verdad no sé cómo el maestro Jinshi se entera de tantas cosas del harem si se supone que no trabaja aquí directamente.

Y unos días más tarde el encargado de la comida y costurera que sirven de forma directa al emperador también vinieron a pedirme cocerles los bolsillos a sus uniformes.

(...)

Cuando llegó el día de la fiesta en el jardín vi lo hermosa que se veía nuestra concubina con el atuendo que se había puesto para esta ocasión.

Las horquillas con flores ornamentales realzan mucho el color de su cabello, y la horquilla plateada con orbes de jade resalta sus ojos, de verdad la señorita Gyokuyo está hecha para vestir el color carmesí.

—¡Realmente es hermosa, señorita Gyokuyo! —dijeron al unísono.

—Se ve muy hermosa, mi señora —coincidí.

—Son mis damas de compañía, asegúrense de llevar mis símbolos —nos dijo mientras abría una caja de terciopelo rojo—. Para alejar a las malas compañías.

A Hongniang le regaló un adorno para el cabello, a Yinghua y Ailan le puso un par de aretes hermosos y a Giuyuan le colocó dos adornos para sus coletas.

—Escucha, Mei-yin, tú eres mi dama de compañía —me recordó—. No lo olvides por favor.

Y me colocó un precioso collar.

—Es hermoso... muchas gracias —respondí con una sonrisa.

—Y ahora...

Solo sentí a Yinghua sujetarme por los brazos mientras se reía completamente emocionada.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora