Capítulo 43

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—Oye...

—¿Sí?

—¿Qué tanto sabes sobre maquillaje? —me preguntó el maestro Jinshi.

Que pregunta tan peculiar.

—Bueno, como sabe, era cortesana, así que conozco muy bien varios tipos de maquillaje —respondí—. ¿Para que desea usarlos?

—Son para mí.

Vaya.... a lo largo de la historia, muchas guerras han iniciado debido a motivos insignificantes, y entre ellos están aquellas que comenzaron debido a grandes bellezas.

La belleza del maestro Jinshi es sin duda algo que rompe cualquier esquema de género, y si llegase a usar maquillaje... no quiero ni imaginarme lo que podría causar.

—No sabía que a usted le gustara ver el mundo arder —me reí.

—¡Porque lo dices! —dijo haciendo un puchero—. No sabía que tuvieras ese sentido del humor, pero no es nada de lo que te pudieras estar imaginando, ¿cómo hiciste el polvo para opacar tu rostro?

Ah... se refería a ese tipo de maquillaje.

—Bueno, son ingredientes muy nobles para el rostro, es polvo facial sin plomo —expliqué—. También puedo hacer otras cosas como poner pecas falsas y poder pasar desapercibido, mi delineado lo hago con un poco de carbón y aceite.

—¿Traes un poco contigo?

—Si.

Saqué una pequeña concha con el maquillaje negro y tomó un poco, se lo untó en la mano y vio su consistencia.

—Es demasiado oscuro incluso para usted, maestro Jinshi —observé.

—Algo que puede cambiar tu apariencia, que conveniente...

Con qué tono lo dijo... qué raro, ¿en qué travesuras estará pensando ahora?

—Si solo necesita un disfraz, podría intentar convertirlo en un plebeyo —deduje.

—Cuento contigo —dijo feliz—. Transfórmame en una persona completamente diferente.

Se ve muy feliz con que pueda hacer este trabajo, de verdad es alguien muy interesante.

—Como usted ordene —dije inclinándome.

(...)

Guardé todas mis cosas y abrí la puerta de la habitación del maestro Jinshi para comenzar con la transformación.

—Buenos días —saludé.

Las palabras se me atoraron en la garganta en cuanto vi la jovialidad con la que despertaba el maestro Jinshi.

Incluso desde temprano desborda tanta sensualidad.

Contuve mis ganas de darle un beso de buenos días, así que solo sonreí.

—Vaya, desde temprano sonríes de esa forma —dijo risueño—. ¿A qué viene esa sonrisa?

—Lo siento, solo pensaba en que usted se ve igual de atractivo desde la mañana —me burlé.

—¿Acaso estás siendo sarcástica?

Me reí un poco.

—Para nada —aseguré—. Le prometo que me tomo mi trabajo muy enserio.

Comencé a sacar mis cosas y las ordené.

—Con su permiso.

Me aproximé rápidamente y olí las ropas que llevaba puestas y aproveché para molestarlo un poco y ver cómo se resiste frente a Gaoshun y la señora Suiren.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora