—Parece que no se rinde ese hombre —me quejé—. Milouan, prepara las telas.
—Si, maestra.
Sé quién es el hombre extraño de lentes, es un cliente frecuente de la Casa Verdigris, y un conocido mío, pero no quiero encontrarme con él, no pasará nada porque nadie puede entrar aquí, así que me quedo tranquila con eso.
Justo cuando iba a comenzar a desvestir a la mujer, la vi levantarse y acomodar fichas de go en su cama, se escuchaba su esfuerzo por respirar y sus movimientos eran muy lentos, pero aun había cierta gracia en ellos.
—Déjala —le dije a mi aprendiz.
Milouan asintió y nos sentamos en una esquina de la habitación.
—Es una tonta —espeté con melancolía.
Y como una ráfaga refrescante, Meimei abrió la puerta.
—Ya pueden salir, chicas —anunció—. Justo se acaba de ir, como siempre, vino a hablar contigo.
—Que irritante —dije con una sonrisa amarga—. Aunque a ti parece agradarte.
—Realmente no es tan malo —concedió—. Además, mientras pague, la anciana nunca se quejará.
Entró por completo y se dio un tiempo para ver a la mujer que de nuevo se había postrado en su cama.
—Aun cuando seguramente ya sabe que fui comprada, sigue viniendo aquí con la intención de hablar conmigo —deduje—. Tal vez no hubiera estado tan mal dejar que él me comprara y no mi actual comprador.
—¿Porque lo dices? —preguntó sorprendida—. Pensé que el señor Jinshi te trataba bien.
—El infeliz hizo que la maestra lo llevara a una casa de placer en las afueras del barrio rojo —intervino Milouan—. ¿Que acaso no sabe lo feliz que estaba usted cuando pudo ser comprada por alguien a quien realmente quería ser vendida?
—En eso tiene razón nuestra hermanita —concedió Meimei—. Sabes lo raro que es para nosotras ser compradas por el hombre que queremos.
—Y tú sabes que a la anciana solo le importa el dinero —objeté—. Me habría vendido a cualquier hombre que hubiera podido pagar mi precio.
—Es claro que está ahorrando todo lo que pueda para comprar su entrada al cielo —se burló—. Aunque yo tampoco estoy lejos de ser vendida a alguien, ya estoy en esa edad.
Meimei solo tiene 30 años, pero para las cortesanas, a esa edad ya debería jubilarse, todavía es hermosa pero lo más probable es que sea vendida antes de que su belleza comience a desvanecerse.
—¿Y si se independiza por su cuenta? —propuso Milouan.
—La anciana la vería como un enemigo —le dije.
—Creo que continuaré con este trabajo un poco más —declaró.
Bajo esa sonrisa... yace una emoción aún más complicada, ella realmente quiere ser comprada por alguien que la ame.
Amor... es lo que siento por el maestro Jinshi pero... a estas alturas no estoy segura de que él sienta lo mismo, no sería difícil para él conseguir a una concubina del palacio de rango inferior o de rango medio.
¿Qué tengo yo... para ofrecerle? Sé que no vengo de una familia burócrata, pero tampoco seré el consuelo o alguien a quien pueden tener fácilmente.
(...)
** Jinshi **
En serio, ¿quién habría pensado que esa tienda ofrecía servicios adicionales como los del barrio rojo? Aunque no fui ahí para eso.
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Noches efímeras | Jinshi
FanfictionNo había noche de Mei-yin no trabajara en el barrio rojo, tener muchos clientes en una sola noche y al día siguiente atender a sus pacientes era un estilo de vida agotador, pero que la había llevado a tener mucho más que la mayoría de las personas e...