Capítulo 33

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Mientras esperaba a que la señora Suiren terminara de preparar el desayuno del maestro Jinshi, fui a dejar su té de la mañana a su habitación.

Creo que la señora Suiren jamás me dejará hacer tantas labores de limpieza.

Cuando me di la vuelta para ir por la bandeja, choqué ligeramente con el maestro Jinshi.

—Lo lamento mucho —me disculpé—. Su desayuno estará listo pronto.

No hubo una respuesta porque lo único que hizo fue abrazarme suavemente por la cintura, haciendo aún más evidente nuestra diferencia de altura, al final me terminó cargando un poco sobre el suelo.

—Que linda forma de comenzar la mañana —susurró.

Así que... él también puede ser tierno y dócil, me gusta.

—¿Puedo...?

—Me entristecería que no lo hicieras —se adelantó.

Callé una risa y lo rodeé con suavidad por el cuello.

Era un abrazo muy diferente a cualquier otro, había mucha tranquilidad y por alguna razón sentía que el maestro Jinshi buscaba una paz en medio de toda su complicada vida.

—¿Está cansado? —le pregunté.

—Demasiado —se quejó—. Pero podría acostumbrarme a esto.

Me abrazó un poco más fuerte y su dulce aroma me llegó a la nariz.

—¿Le he dicho que se ve muy atractivo cuando se levanta?

—No, pero me gusta escucharte decirlo.

No pude evitar reírme.

—Usted es un mimado —le dije.

—Descuida, te recompensaré por mimarme cuando lo necesito.

Le peiné un poco el cabello y me devolvió al suelo.

—Hay un trabajo para el que has sido solicitada, la corte interior decidió organizar una clase educativa para la recién llegada concubina —me dijo.

—¿De verdad?

—Fuiste asignada como maestra.

Y me mostró un papel con mi nombre y el título por el que se me estaba solicitando.

—Se dice que esta clase podría darle forma al futuro del país —continuó—. Y también está esto, la lista de personas que te recomendaron.

Tomé el otro papel y el maestro Jinshi me rodeó por detrás de la cintura.

—¿La señorita Lihua? —pregunté asombrada—. ¿Porque...?

Y en ese momento lo recordé.

Cuando la fui a cuidar luego de perder a su bebé, justo antes de irme le di una de las técnicas secretas de la Casa Verdigris y lo bien que le beneficiaba a su tipo de cuerpo.

Me aclaré la garganta y leí la siguiente carta donde venía el nombre de la señorita Gyokuyo, y también especificando la suma de la recompensa.

—Las concubinas de alto rango tienen unas intenciones muy claras con respecto al emperador —deduje—. De acuerdo, me prepararé y haré una lista de los materiales que necesitaré.

—Lo que necesites será tuyo —me dijo al oído.

(...)

En lo que Gaoshun terminaba de colocar mis cosas en el carrito, leí la carta que Milouan me había enviado en el mismo encargo.

Noches efímeras | JinshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora