Noches efímeras | Jinshi

Capítulo 58

—Por cierto... maestro Jinshi, hay otra razón por la que estaba analizando el cuerpo del oficial Lihaku —le dije mientras me ayudaba a levantarme.

—¿De verdad? —preguntó con picardía—. ¿Y cuál es?

—Quería asegurarme de que su cuerpo fuera el adecuado para mi hermana Pairin —respondí segura—. Porque yo... tengo muy en claro que su cuerpo, maestro Jinshi, es mi preferencia total.

El maestro Jinshi quedó atónito ante mi respuesta.

—Espera... ¿me estás diciendo que todo lo que hicimos ahorita... fue porque no me dijiste ese importante detalle? —preguntó con mucho trabajo.

Esta vez fui yo la que sonrió victoriosa.

—Fue usted el que no me dejó dar más explicaciones —me reí—. Se dejó llevar por sus estimulantes celos e hizo todo esto.

Alisé mi falda y dispuesta a irme para seguir con mi trabajo lo besé suavemente.

—Pero fue una divina sesión de estimulación —le susurré—. Siga trabajando diligentemente en el palacio exterior.

Y me despedí con una sonrisa.

(...)

** Lihaku **

Me pregunto... que está pasando.

—Siento haberte convocado de repente —dijo el hombre frente a mí con una sonrisa muy jovial.

Si no me equivoco, su nombre debería ser Jinshi, un eunuco hermoso que se rumorea que es muy favorecido por el emperador, es más joven que yo, pero es diligente y no comete errores en el trabajo.

A juzgar por el color del adorno que cuelga de su ropa tiene un rango más alto que yo... es la primera vez que lo miro de cerca, siento como si lo hubiera conocido en algún lugar antes y su ayudante que lo acompaña es el intermediario que negoció con la Casa Verdigris en aquel entonces.

—Gracias por cuidar de mi sirvienta ayer —dijo alegre.

—No vale la pena mencionarlo —respondí nervioso.

Esa muchacha un poco alta y con un cuerpo muy llamativo en comparación con el de las demás sirvientas de aquí... me dijo antes que trabajaba como sirvienta en la corte exterior pero nunca hubiera imaginado que trabajaría para este eunuco.

—He oído que actualmente estás enamorado de alguien —declaró con un tono muy peculiar.

No me digas que le contó mi plan sobre comprar una cortesana... no aguarda, ¿podría ser que haya venido a burlarse de mí?

Bueno, al ser joven, tiene tanto el aspecto como la posición, la idea de comprar una cortesana puede parecerle una triste broma, pero... si se burla de Pairin es una historia diferente.

Pairin es una buena mujer, su hermosa figura en el dormitorio, su actitud cariñosa que es capaz de notar la más pequeña de las cosas, es simple de descartar como si fuera simplemente una parte de su trabajo.

Pero, aun así, mientras siga creyendo en ella, no importa lo que los demás digan, todo es genuino, si se atreve a insultar a Pairin...

Apreté los puños con fuerza intentando contener mi enojo.

—Si te dijera que puedo ayudarte con tu problema monetario, ¿aceptarías? —me propuso.

De inmediato me levanté sorprendido.

—¿Qué quiere decir con eso? —quise saber.

—Exactamente lo que dije —respondió—. ¿Veinte mil monedas son suficientes para comprar su libertad?