𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬

48. Desheredado

Al volver a Hogwarts, solo había dos cosas que estaban en la cúspide de la popularidad: "Dancing Queen" de ABBA, y los periódicos de El Profeta, dónde el rostro en la portada era el de Sirius Black, estudiante de sexto año y Gryffindor, acompañado de unas enormes letras que decían "DESHEREDADO: El primogénito de los Black, no forma más parte de su familia".

Aquel periódico sabía cómo hacer notas que despertaran la curiosidad y morbo de las personas, en especial de los estudiantes, y al tratarse de un compañero, era obvio que el tema era relevante.

La selección de casas de los de primer año se vio opacada por la atención que Sirius estaba recibiendo. Dumbledore exigía la atención de los alumnos, pero siempre había alguno buscando a Sirius con la mirada.

Aunque cualquiera en esa situación se sentiría avergonzado y buscaría esconderse, Sirius mantenía la mirada en alto y una sutil sonrisa engreída y superficial, por si a alguien se le ocurría tomar una foto al ex-heredero de los Black.

Parecía no ser más que un festival para él, una alfombra roja donde él era el protagonista. No parecía triste, abatido, o como se encontraría a cualquier persona que haya sido desheredada y deslindada del apellido familiar. Lo estaba gozando.

Al momento de la cena, antes de que todos comenzaran a comer, Barty dejó su lugar para dirigirse con prisa hacia Regulus. Cuando Pandora lo vio, tuvo que ir tras él, y Dorcas, desde el otro lado del salón (al ser de Gryffindor), los siguió también. 

Regulus no pudo soportar la tensión. Cuando vieron a alumnos de otras casas caminar hacia él, obviamente llamó la atención. Dejó su lugar, buscando retirarse antes de que aquellos tres llegaran hacia él. Pero ahora tenía a sus cuatro amigos siguiéndolo hasta la salida, sin decir una sola palabra, solo con expresiones completamente desconcertadas y cargadas de preocupación, mientras la sala se llenaba de murmullos.

Minerva había pensado detenerlos, sin embargo, Dumbledore indicó con un sutil gesto que no lo hiciera. Lo que más necesitaban ambos hermanos era apoyo, y no podían negárselo, si lo hacían, no confiarían en ningún adulto más tarde, y Albus necesitaba saber qué había ocurrido para que el rostro de uno de sus mejores alumnos estuviera en el periódico. 

—¿Qué mierda? ¿Es verdad lo que dice El Profeta? —del otro lado de la puerta, Evan sujetó el hombro de Regulus, obligándolo a frenar. 

—No he leído esa estúpida basura y ustedes tampoco deberían hacerlo. 

Las puertas del comedor se habían abierto nuevamente, y Regulus desvió su mirada al pensar que se trataría de alguno de los profesores, pero no era así.

Eran los merodeadores, detrás de Sirius, quien rompió en carcajadas apenas cerraron la puerta.

—¿Puedes creer que todos creen que esto es el drama del siglo? —preguntó entre risas, saltando por el pasillo, ignorando completamente la presencia de Regulus y sus amigos— Ahora soy el hombre más famoso en esta escuela, y solo me costó mi apellido.

El chico seguía avanzando por el pasillo, con los otros tres siguiéndolo, desconectados. Mientras los amigos de Regulus observaban como la distancia se volvía más grande.

—¿Hablas en serio? —Remus preguntó, con fastidio, después de haber pensado que Sirius estaba realmente afectado por la escena de Regulus— Tienes mierda en la cabeza, en serio.

—¡Soy libre! ¡Woo-oh!

Cuando Regulus levantó su mirada nuevamente, vio a James, quien se había detenido solo unos segundos, al ver que el otro grupo seguía ahí, tan cerca de la puerta. Encontró los ojos de Regulus, viéndolo con rencor y recelo a unos metros de distancia.