57. Sectumsempra

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Las vacaciones terminaron, los alumnos regresaban a Hogwarts con la alegría que les habían dejado las fechas (al menos la mayoría), Regulus esperaba en su habitación que Evan cruzara la puerta, lo cual seguro tardaría un buen rato, conociendo lo distraído y sociable que era, seguro se tomaría el tiempo para saludar a quienes se cruce antes de llegar a la habitación a dejar sus cosas. Así, después de las 10 a.m. finalmente llegó, con una sonrisa cansada y el cabello desordenado.

—La vida es increíble siendo tu roomie, Regulus, siempre mantienes todo limpio —suspiró aliviado, mientras dejaba sus maletas tiradas a mitad de camino a su cama—. No quiero hacer nada hoy.

Evan se dejó caer sobre el colchón, boca arriba, gruñendo como si tuviera algo pesado encima. 

—Te extrañé.

—¿Ehhh? —se reincorporó rápidamente, viéndolo con una sonrisa burlona— ¿Estás bien? 

—¿Por qué no lo estaría?

El rubio se levantó de la cama, para acercarse a él, con una expresión preocupada, y apenas lo tuvo enfrente, posó el dorso de su mano sobre su frente, luego tentó sus mejillas también.

—¿Acaso estás muriendo? —preguntó con una tristeza que no parecía falsa— ¿Hay algo mal?

—Ya, basta —sujetó su muñeca para alejarle la mano—. Estoy bien, solo te dije que te extrañé.

Evan chilló como si hubiera recibido la peor noticia del mundo, sujetando sus hombros con fuerza.

—¡Dime qué tienes!

Regulus lo vio serio, con molestia, en su mirada había un "no me jodas" claro. 

Evan, apenas comenzando a reír, se encontró atrapado entre los brazos del otro. Se quedó congelado por un momento, sin saber cómo reaccionar. Llevó su mano, dubitativamente, hacia el cabello de Regulus, obligándolo a permanecer cerca.

—Sé que no lo digo mucho, pero vas a importarme siempre, aunque seas un idiota. Eres mi mejor amigo.

—De hecho, no lo dices nunca...

—Cállate. 

—Cállate tú —su otra mano rodeó su torso, abrazándolo con fuerza. Él era sensible, y no pudo evitar permitirse la vulnerabilidad cuando se trataba de él—. Te querré hasta que me muera, Regulus, en serio.

—Busca tu momento, este es el mío.

Ambos rieron, Evan lo empujó juguetonamente, y le alegró ver una sonrisa tierna en el rostro de Regulus después de tanto tiempo. El rubio sacó una carta de su bolsillo, así mismo, una caja pequeña, y se puso de rodillas frente a él.

—¿Qué haces? —le vio con disgusto.

—Regulus Black... —extendió la caja hacia él.

—No tus idioteces, por favor.

—Lucius y Narcissa te envían esto.

—Eres un ridículo —le arrebató ambas cosas, abriendo primero la caja. 

Sonrió al encontrar un anillo de plata con un dragón grabado sobre este.

—¿Qué? ¿Te vas a casar con Lucius? Creí que ustedes eran más de primas, pero bueno, cada quien sus tradiciones familia-

Antes de terminar la oración, Regulus arrojó el anillo que antes estaba sobre su dedo indice al rostro de Evan, para reemplazarlo con su anillo nuevo.

—Es increíble, ¿no? 

—Es gay, siendo honesto...

—¿Sabías que soy como el hijo de Narcissa y Lucius?

𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora