Se podría pensar que la relación entre Regulus y Barty se volvió más estrecha, sin embargo, la realidad es que aquella tarde abrió una puerta que sería difícil de cerrar si se intentaba.
Era como si ambos hubieran adquirido el derecho a controlarse de algún modo. Ni siquiera hablaban al respecto, nunca se detenían al otro, ni siquiera lo intentaban, jamás pensaron en preguntar: "¿por qué hacemos esto?" Si alguno de ellos hubiese sido una chica, probablemente llevarían una etiqueta formal de novios en ese momento, pero las cosas eran diferentes porque ambos eran hombres.
Para ellos era solo un juego absurdo de adolescentes, en el que se celaban y maldecían por cualquier cosa, como si pretendieran ser un matrimonio. Era divertido, al menos así se sentía. Evan no supo nada al respecto los primeros días, sino hasta que Barty comenzó a hacer chistes sobre lanzarse encima de Regulus y matarlo por sonreírle a un rubia en el pasillo, pero para él también fue un juego absurdo al que terminó añadiéndose poco a poco con las mismas bromas tontas.
Pero lo que pasaba entre Regulus y Barty era diferente. Naturalmente, había cosas que Evan no lograba comprender, como si no fuera considerado para sus "chistes locales". Le molestaba, por supuesto, que sus dos amigos tuvieran tal complicidad, pero podía lidiar con eso al ser alguien que se hablaba con cualquier se viviente (o no) que se le cruzara, el apellido Rosier era bastante popular en Slytherin, y en Hogwarts en general.
Con lo que no podía lidiar, era con esa mirada que Barty le dedicaba a Regulus cuando este estaba concentrado leyendo. Realmente odiaba ser ajeno a eso. Podía entenderlo, claro, había crecido con Regulus, no era ciego, sabía que algún día ese maldito producto de una relación incestuosa sería realmente atractivo en un futuro, y ese era el año en que comenzaba a suceder. Se sentía celoso. Lo quería, pero se sentía celoso.
En el fondo, a Arcturus le gustaba sentirse vigilado, le gustaba cuando Barty alzaba la voz y luego se reía por lo ridículo que debía parecer, le gustaba fingir interés con la mirada cuando una chica pasaba a su lado, pero era todo a lo que podía atreverse.
Crouch era más atrevido. Él podía acercarse a las chicas para coquetearles, ofrecerse a darles tutorías que realmente nunca impartiría, era más extrovertido, por ende, un mejor jugador. Le gustaba sentir que le gustaba a las niñas, obviamente, pero su parte favorita era cuando Regulus golpeaba su rostro con la palma de su mano y le obligaba a cancelar cualquier plan que lo involucrara con una chica a solas. Luego reían al respecto.
Tampoco volvieron a besarse. Aunque a Barty le gustaba tentarlo, nunca conseguía que su amigo cediera al impulso, y no quería besarlo, quería que el otro quisiera besarlo y que fuera agresivo al respecto. Parecía que estaba perdiendo la cabeza demasiado pronto.
—¿Aun sigues asustado?
—No estoy asustado.
—Bueno, ¿cómo vas con las pesadillas?
—Menos recurrentes, aprendo a manejarlas.
—¿Y? ¿En tus sueños sí puedes besarme?
—Al menos ese Barty sabe besar.
El nombrado rio, mientras extendía su cuerpo por el sofá. Estaban estudiando, o intentaban hacerlo, pues Regulus era el único entregado en la tarea.
—Entonces, ¿te sientes mejor?
—Mierda, no. Aun estoy investigando como quitarme esto, ¿puedes cerrar la boca ya?
—¿Quitarte qué? —volvió a reír, esta vez escandalosamente— ¿Hay un libro que diga "cómo quitarme las ganas de besar hombres"?
—Ja, ja, ja.
—Ven, acuéstate conmigo.
—No cabemos en ese sofá.
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𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬
FanficSigue la historia de Regulus Black a través de sus años en Hogwarts.